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Mostrando las entradas de septiembre, 2020

El trabajo de campo antropológico: desde la razón y el corazón

Ensayo.- Sin duda alguna, una de las insignias metodológicas de las ciencias sociales es el trabajo de campo. En la disciplina antropológica, este proceso, que implica salir del escritorio y adentrarse en un terreno social distinto al propio, está revestido de cierto misticismo.  Son clásicas las historias de antropólogos y antropólogas que, durante su trabajo de campo, no solo soportaron los rigores de un entorno social que desconocían, sino que paulatinamente se iban adentrando en la lógica y en los “campos de interpretación” de las sociedades que estudiaban. Hablo de Bronislaw Malinowsky (1922/1986), Claude Lévi-Strauss (1955/1988), Edward Evans-Pritchard (1937/1976), Mary Douglas (1970/1988), entre otros, quienes se han convertido en ejemplos clásicos del trabajo de campo antropológico.  Sin embargo, su legado inicial ha sufrido algunos cambios en el método y en la epistemología. Por ejemplo, hoy en día las técnicas de recolección de datos son más precisas y la antropología posmode

¿Sábado o domingo? El día que debes guardar

Reflexión.-    Guardar el sábado o el domingo, una vieja discusión de dos corrientes del cristianismo que no avisora final, ya que, de vez en cuando, a una de las ramas le gusta cernir la misma harina, no sé si para afianzar su posición o para replicarle a la otra su error. Yo quiero deslindar al respecto. No utilizaré argumentos teológicos ni bíblicos, sino los que conozco y he vivido.  Mi padre es Pastor de la iglesia Adventista del Séptimo día. Conoció a mi madre en el internado del Colegio Unión de Ñaña, en Lima, Perú. Seguí y aún sigo los pasos de mi padre. Me bauticé a los 13 años. Estudié en el internado de Ñaña una parte de mi secundaria. Fueron días reconfortantes. Los viernes por la tarde empezaban los rituales del sábado. Los sábados eran días dedicados al culto y al estudio de la Biblia. Sentía algo difícil de explicar, una mezcla de tranquilidad, devoción, contemplación, reflexión, canto y quietud. Terminaba el día con los espléndidos juegos sociales y el Club de Conquista