Ensayo.- Sin duda alguna, una de las insignias metodológicas de las ciencias sociales es el trabajo de campo. En la disciplina antropológica, este proceso, que implica salir del escritorio y adentrarse en un terreno social distinto al propio, está revestido de cierto misticismo. Son clásicas las historias de antropólogos y antropólogas que, durante su trabajo de campo, no solo soportaron los rigores de un entorno social que desconocían, sino que paulatinamente se iban adentrando en la lógica y en los “campos de interpretación” de las sociedades que estudiaban. Hablo de Bronislaw Malinowsky (1922/1986), Claude Lévi-Strauss (1955/1988), Edward Evans-Pritchard (1937/1976), Mary Douglas (1970/1988), entre otros, quienes se han convertido en ejemplos clásicos del trabajo de campo antropológico. Sin embargo, su legado inicial ha sufrido algunos cambios en el método y en la epistemología. Por ejemplo, hoy en día las técnicas de recolección de datos son más precisas y la antropología posmode