El día sábado 24 de febrero de 2024, durante la luna llena, programé una sesión de ayahuasca. La Leyna se encargó de llamar a la gente, bueno, a las mujeres, y yo a los varones. Llamé a Hernán, Kevin, Martín y Edu. No se me ocurrieron más, ja, ja, ja. Pero, luego, pensé en mi hermanito ¡¡¡Víctor!!! No le dije. Bueno, de ellos solo vino Hernán, porque le obligué, ja, ja, ja. De las mujeres, vinieron: Vero, Chaves, Lizbeth y Valeria. Faltó una que no recuerdo su nombre… ¡Jessica! Dice la Leyna que estaba entusiasmada, pero le vino la regla, así que le dijimos que mejor para la próxima. La Leyna y yo, a eso de las 3:00 pm, hicimos un baño caliente con plantas del jardín (floripondio, romero, muña). Un poco más tarde empezó a venir la gente: Vero, Lizbeth, Hernán y Valeria fueron las primeras. Chaves ya vino a las 7:00 pm, luego de sus clases de yoga. Trajo sus cuencos, los cuales los hizo cantar o mejor dicho vibrar después de haber tomado la plantita. Esas vibraciones traspasa...