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Mostrando las entradas con la etiqueta Sentimientos

Los días oscuros

No importa el motivo ahora, pero hay días que amanecen oscuros. Son esos días malnacidos en que nos metemos de lleno al hoyo de nuestros vicios e imprudencias. Días negros, malditos. Están cargados de rabia, odio, frustración, decepción y cólera. Estos sentimientos hacen de la oscuridad un lugar acogedor desde donde disparamos los dardos envenenados más certeros para desmenuzar lo que hemos construido o lo que tanto nos costó amar. Nos convertimos en esa parte del universo, la que absorbe todo a su paso, incluyendo la luz de las estrellas y los pedacitos estelares de pan, somos agujeros negros en plena y orgullosa acción. ¡Así se van al carajo "esos días maravillosos" y se acabaron las "palabras de amor" para todos! Sí pues, esas caídas en el hoyo de nuestras negras emociones son constantes en nosotros los seres ordinarios. Sí pues, la furia, la rabia y todo aquello es parte de nuestra vida y así será siempre, hasta que aprendamos a manejarlas. Pero hasta que eso p...

¿La muerte te sienta bien?

Hay una pregunta que a veces invade nuestro pensamiento ¿Qué pasaría si muero? Piénsalo, miedo y desesperación son los sentimientos que la mayor parte del tiempo condicionan la respuesta, aunque algunos, para saltarse el miedo, imaginan una forma bonita de morir. La muerte es un hecho inesperado y a veces, cuando la mente está perturbada, se planifica. Pero cualquiera sea la situación, la muerte es inminente. Si tienes miedo a la muerte o la planificas, entonces le tienes miedo a la vida, o mejor dicho, le tienes miedo a tu vida y a todas las cosas que pasan en ella. Tienes miedo a estar ausente por siempre, miedo de no ser nada, miedo de perder tu destino, miedo de no cumplir tus sueños y planes, miedo de no ver crecer a tus hijos, miedo de desacelerar cuando estás en la carrera de tu vida y miedo del propio miedo de los demás. Estás atrapado por el miedo. Estás encarcelado en la incertidumbre. Tu mente piensa en ello todo el tiempo, aunque sabes que desaparecerá solo cuando mueras. ...

El pasado frente a ti

He oído repetidas veces que debo olvidar mi pasado para vivir tranquilo el presente. Lo he intentado y considero que lo hice muy bien; me di la tarea de enterrar varios de esos acontecimientos desagradables y he guardado para mi gozo aquellos maravillosos. Un sentimiento de felicidad se apoderó de mí fácilmente por el logro, aunque luego noté que aquello era efímero, porque de pronto el pasado saltó sobre mí, no como una idea (ya que estaba enterrada), sino en el rostro de una persona que vi mientras caminaba... Después del sobresalto, me convencí de que el pasado nunca muere, ni se olvida, sólo descansa en los remansos de la memoria para brotar estrepitosa y repentinamente en nuestras narices, sea a través de nuestros recónditos sueños o en las infinitas probabilidades de la vida cotidiana. La verdad que en ese momento no tuve cara para enfrentar mi pasado. Pero luego de la reflexión inminente la acción fluyó con serenidad: decidí enfrentar ese rostro del pasado, mirarlo con frente a...