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Mostrando las entradas con la etiqueta Alegría

La comunidad de la risa

Estoy rumbo a Quillabamba desde la ciudad del Cusco. Me acompaña Beatriza, una matsigenka de 28 años. Le pesa la mirada mientras pasamos el abra Málaga. Es la altura. Estamos a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Su bebé, de tres meses, también la está pasando mal. Miro preocupado a Beatriza y ella, despeinada, como si despertara de un pesado sueño, saca una gran sonrisa y ríe con tres sílabas encantadoras. Le quito la mirada y luego de un rato la vuelvo a mirar, e igual, ella me planta la misma risa y sonrisa. Está programada.  Hay que reír frente a la muerte Beatriza, me hizo recordar una anécdota que me pasó hace ya varios años atrás. Visitaba yo la comunidad nativa de Timpia. Al día siguiente, junto a dos varones matsigenka, fui hacia el asentamiento de Tsomontoni, el hogar de ellos. Caminamos un buen trecho, a toda prisa, hasta que llegamos a la orilla del río. Teníamos que vadear para seguir nuestro camino. Los dos matsigenka, rápidamente, sacaron de entre los ar...

El río, el bosque y su gente. Una travesía imperecedera a lo largo y ancho de la inmensidad

El viaje es largo. El río parece interminable a tal punto que no puedo comprender de dónde viene tanta agua y a dónde va. Más aún, cómo es que el río tiene vida propia, ya que se mueve y discurre por donde le place, sin preguntar, con fuerza y contundencia. Hace su camino a su manera. Solo la gente del río, la que vive en sus orillas, tiene la paciencia para comprenderlo y aceptar sus excentricidades. Pero el verdadero misterio del río es la variedad de su riqueza: peces, insectos, bichos prehistóricos, seres extraños. Claro, al río no le importan esos detalles y sigue transcurriendo como si ese fuera su propósito.  Puede que el bosque tenga la misma peculiaridad. Crece incondicionalmente donde encuentra manera de hacerlo, se levanta donde el viento le dice que hay oportunidad, se enmaraña donde no llega la luz del sol. El bosque es espontáneo, constante y perseverante. Crece, aumenta, se incorpora una y otra vez. Ofrece verdor, frutos, aves, animales, humus, hojas, bichos. El bosq...

Mi Capital

¿Qué poseo que me hace libre? ¿Qué me mantiene como ciudadano solvente? Durante mucho tiempo he buscado la plata, el dinero, el salario, el ahorro, el esfuerzo remunerado, el reconocimiento económico, el parangón de mis títulos universitarios. Alguien me decía "madura, planifica, trabaja, estudia, sé algo en la vida" ¡Pero qué ostentación más insoportable!  Centrado en mis cuentas pregunto ¿Cuál es mi capital? ¿Qué da sentido a los pasos que doy?  Mi mayor posesión es mi sonrisa, mi alegría, la luz que irradio, el corazón de niño, mis preguntas ingenuas, mi bondad de Padre, mis caricias nobles, mi espontaneidad gesticulada.  Sano heridas y cambio malhumores. Por dar una sonrisa he recibo pan, por contar un chiste alojamiento, por una historia gesticulada calor fraterno, por un consejo mil amigos verdaderos. Soy dadivoso, no me cuesta estar alegre. Soy supremo, no me cuesta compartir mi luz. Todo lo que doy es gratuito, es gratitud, es gracia. Soy luz y alegría, ternura y ...

Estado mental

Auscultado en mil pedazos luego de una ardua batalla conmigo mismo, en donde no hay victorias ni derrotas, solo enseñanzas y decisiones, las palabras finales calan en el abrevadero de las pasiones y en las posturas fanfarronas: Hay tres comportamientos que me acosan, Señor. Mi irresponsabilidad cuando asumo compromisos, mi deber distraído cuando debo hacer lo que tengo que hacer y la inseguridad con que me disfrazo al momento de decidir. Tres formas de lo que soy, tres formas que ahora entiendo, Señor. He aprendido que estar malhumorado o triste por estas formas no es una consecuencia de lo que hago, de lo que pasa a mi alrededor o de lo que hacen los demás, es una consecuencia de mis interpretaciones. Felicidad o tristeza son estados mentales que dependen en gran parte de cómo interpreto las cosas y cómo me interpreto a mí mismo, Señor. He decidido -mientras el peso de la vacuidad decanta en mi espíritu- configurar mi estado mental en luz y alegría permanente, Señor.