“Y tomando a la niña por la mano, le dijo: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!)” . Marcos 5:41 A continuación, relataré un episodio de la vida de un padre matsigenka, creyente evangélico, a quien llamaré Diosconnosotros. Él vive actualmente en una comunidad nativa del Bajo Urubamba, en un afluente del río Picha. Diosconnosotros convive con Ladelamiradasilenciosa, una mujer ashaninka. Dice que ella no habla castellano, aunque lo entiende, y lo he comprobado: se puede mantener una conversación elemental con algunas señas, pero la comunicación más profunda se da con la mirada. Ella posee una mirada transparente, acogedora, lírica. Es posible verla interiormente, y ella a ti, con facilidad. Diosconnosotros, en cambio, tiene una mirada desconfiada. Parece un matsigenka experimentado, que ya ha visto todas las artimañas que el chori —el extranjero— puede hacer con la palabra y la letra. Por eso desconfía. Más bien diría que tiene la “mirada de pendejo”, ja, j...