"Un destellito de Inocencia para no olvidar de dónde venimos" En la profundidad de su reflexión la Gran Entidad Creadora del Universo pensó en cómo dar forma a la Perfección; quiso evidenciar la Luz Sublime que poseía en cosas certeras. Fue así que creó una esfera que llamó la Gran Madre e Hija de la Vida, en donde podía albergar el fruto de su Gran Amor. Empezó con lo primordial, con la Nueva y Más Joven Luz Blanca (ya había creado otras estrellas) y la acompañó con un reflejo, la Gran Luz Llena, Creciente y Nueva (sabía lo que hacía). Entonces dijo agua, viento y tierra, y así se hizo en la Gran Esfera de la Vida. Entonces volvió e hizo mil formas de animales, plantas y minerales. A cada una les dotó de cuerpo y espíritu, pero además les dio su propia Gracia: la Incesante e Imperecedera Inocencia . Su obra era perfecta. Entonces se retiró a meditar de nuevo. Notó que la Gran Esfera de la Vida, la Gran Madre e Hija, acogía sin dilema a sus hijos. Todos los seres cumplían la ...