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Mostrando las entradas con la etiqueta Pareja

Verso para Silvia

Para la Reinita, hija de mamá Silvita, este verso espontáneo: Eres el alimento de mi alma, la esperanza de mi transformación, el ímpetu de mis locuras y la razón de mis maquinaciones compasivas. Eres el ave que calma la sed de tus polluelas y alienta el vuelo infinito de nuestra imaginación. Ate, "El amor latente"

Carencias Básicas Insatisfechas

¿De qué careces esposa mía? ¡Te pregunto de una vez por todas! ¿Acaso careces de lealtad? ¿Acaso careces de afecto? ¿Acaso careces de adulaciones? ¿Acaso mi palabra es irrespetuosa? ¿Acaso careces de una conversación romántica? ¿Acaso careces de un beso espontáneo? ¿Acaso careces de la cursi rosa roja después de la pelea? ¿Acaso careces de desatención? ¿Acaso careces de coqueteo y tocamientos indebidos? ¿Acaso no disfrutas del placer? ¿Acaso no suspiras de amor al día siguiente? ¿Acaso no valoras nuestra soledad? ¿Acaso mi amor no te vasta? ¿Acaso mi confianza en ti no es ciega? ¿Acaso no obedezco tu mirada? ¿Acaso careces de aire, de sol, de lluvia, de tierra? ¡¿Acaso, al final de cuentas, careces de Dios?!  Mujer, te acepto que no sea amigo de los detalles románticos, y que a veces no te ayude con las crespas, y que el mucho dinero no sea mi fuerte. Acepto que careces de eso. Pero también acepta que tienes mucho aunque lo haces parecer como nada. Acepta que no eres una mujer con ...

Poder y control

Tienes poder sobre mí, pero no control Dado que has decidido anunciarme con vehemencia y exactitud tus desbordadas emociones, me di cuenta que tienes un gran poder sobre mí, porque todo cuanto me has dicho me afecta y al mismo tiempo me encamina, todo cuanto de corazón me has dado me sobrecoge, todo tu amor y amistad están en el núcleo de mi existencia y constituyen el motor de mis pasos. Ese es tu gran poder sobre mí. Pero quiero decirte que una cosa es tu poder, que amo y respeto, y otra es tu ansiedad por controlarme, que hoy examino y desecho. Aunque con ahínco exasperas tus palabras y gestos, con todo respeto te digo que desde ahora tú no tienes control sobre mí, porque pretendes alimentar la ilusión de tu apego hacia mí. Te digo con franqueza, yo tampoco tengo el control sobre nada aunque quisiera. Crudamente te digo: nada de lo que más amo me pertenece o está bajo mis designios. Pero eso sí, como tú, tengo poder sobre algunas cosas: tengo el poder de ser quién quiera, con quién ...