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Mostrando las entradas con la etiqueta Amor

El poema que me pedisteís

¿Quieres un poema? Pues allá va. Pero te advierto, será un reclamo, una pausa. ¿Hablará de amor? Por su puesto, pero no será romántico, será un chanque, tipo “toda la noche canchis, canchis”. … Me dices: “Doooosio, hace tiempo que no me escribes un poema”. Me pregunto: ¿Será por mi ausencia o por tu pena? Son ambos. ¿Me exiges un poema porque ya no te quiero escribir? o ¿Me exiges un poema para exigirte a ti? Son ambos. Yo, signado por las distracciones y dedicado a los hermanos mayores, los indígenas. Y tú, marcada por la pérdida y atribulada por los caprichitos de nuestras hijas, las crespitas. Aún así, aunque el día duele, la noche, para ambos, es un consuelo, porque nos abrazamos. Ya no estaremos al día siguiente; seremos ausentes, otra vez. Los reencuentros son de noche, en el lecho. Amaneceremos erizados, lanzando las punzadas que para mí son bromas y para ti ofensas. Pero en la noche, en la camita, no habrá frío, no habrá helada de junio, eso es seguro. … ¿Quieres un poema? Pues...

El aroma de la coca

(Para Silvia) El día trae las angustias de siempre y es hora de recurrir a lo esencial. Rezo junto a mis hojitas sagradas, esperando el afecto celestial. Yo aquí y tú allá mi señora, interrumpidos por la distancia, y esta misteriosa hallpa solo trae tu aroma, como si no fuera suficiente tu ausencia. ¿Cómo es que estás aquí mi amor? Si constantemente reclamas el verde de mis dientes, mi aliento a tierra, mi risa incompleta, mi parco interés, mi solución teórica, mi prisa inerte… Date cuenta, por favor date cuenta, que mi vicio no son estas amargas hojas, si no tu delicioso aroma.

Verso para Silvia

Para la Reinita, hija de mamá Silvita, este verso espontáneo: Eres el alimento de mi alma, la esperanza de mi transformación, el ímpetu de mis locuras y la razón de mis maquinaciones compasivas. Eres el ave que calma la sed de tus polluelas y alienta el vuelo infinito de nuestra imaginación. Ate, "El amor latente"

Matar o morir

Matar o morir. ¿Se trata de supervivencia? ¿Del más fuerte sobre el más débil? Cuando llegue ese momento, esa disyuntiva (Dios no quiera), prefiero morir, morir por alguien. Nadie será dueño de la venganza, lo prohíbo. Que el oponente transcurra en su orgullo sin mediar culpa. Mi muerte, mi sacrificio, es la muestra de mi amor por alguien más, es la justificación para que viva.

Carencias Básicas Insatisfechas

¿De qué careces esposa mía? ¡Te pregunto de una vez por todas! ¿Acaso careces de lealtad? ¿Acaso careces de afecto? ¿Acaso careces de adulaciones? ¿Acaso mi palabra es irrespetuosa? ¿Acaso careces de una conversación romántica? ¿Acaso careces de un beso espontáneo? ¿Acaso careces de la cursi rosa roja después de la pelea? ¿Acaso careces de desatención? ¿Acaso careces de coqueteo y tocamientos indebidos? ¿Acaso no disfrutas del placer? ¿Acaso no suspiras de amor al día siguiente? ¿Acaso no valoras nuestra soledad? ¿Acaso mi amor no te vasta? ¿Acaso mi confianza en ti no es ciega? ¿Acaso no obedezco tu mirada? ¿Acaso careces de aire, de sol, de lluvia, de tierra? ¡¿Acaso, al final de cuentas, careces de Dios?!  Mujer, te acepto que no sea amigo de los detalles románticos, y que a veces no te ayude con las crespas, y que el mucho dinero no sea mi fuerte. Acepto que careces de eso. Pero también acepta que tienes mucho aunque lo haces parecer como nada. Acepta que no eres una mujer con ...

Reconociendo la inmensidad del amor

Acabo de revisar lo que siempre fui y acabo de diseñar lo que quiero ser. Deseo ser el amante perfecto, sin ambicionar el resguardo material ni la fe bíblica. Hay gradas que no subiré. Mudo mi carácter en la enfermedad, dejo a un lado las aristas espinosas y el dardo envenenado. Adopto la meditación y el amor eterno, el amor indistinto. Compartiré resuelto mi gracia y mi esencia, porque yo las he recibido sin condiciones, ¿cómo podría condicionarlas a los demás? Dios ama a todo y a todos, su amor es un merecimiento colectivo, no individual. El amor es el sello genético que nos despierta a la vida.

Sagradas maldiciones

Vino en nombre de Dios, con una mano en el pecho y la otra en la Biblia, traía la verdad desnuda con estampitas de Jesús y María. Tenía la voz reveladora y la soberbia en aumento mientras cerraba los ojos para clamar por el Advenimiento. Desenterró muertos, desnudó dignidades, maldijo pecadores, mandó a la hoguera a los corruptos, mutiló a los desmadrados, escupió a los desagradecidos, lanzó maldiciones a los coludidos y en llanto vociferó sus desgracias, que no eran otras que las obras de sus hermanos.  Así apareció en mi puerta esta mujer cuasimodo, con la voz tan alta y firme, solo para contarme sus planes y desgracias. Así pasaron sapos, culebras, rayos y centellas por sobre mí. Un ras incómodo, una carga pesada y la médula espinal partida. Luego de un rato pensé: Dios se manifiesta de tantas formas solo para enseñarnos… Cerrada la puerta y espantado el susto, pruebas de Fe y lecciones de amor son lo que quedan.

Yanantin 1

Mucho después del primer coqueteo, incluso mucho después del primer beso santificado en aquella montaña, decidimos unirnos en ley y norma tratando de sellar lo que ya estaba escrito. Dijeron que era muy pronto, que tu vientre crecía sin esperma efervescente y óvulos sin macerar, que el fruto hecho en la escuela del amor debía nacer en un hogar con título universitario. Los incrédulos nos dieron muchas lecciones disfrazadas de afectos y aún así empujamos el cochecito. Nada nos detuvo ¿recuerdas?, no había miedo solo simples reglas: un grito equivalía a mil disculpas, una cara enojada a dos muecas y una apuesta perdida a tres mordidas debajo de la espalda.        Dijeron que después de un tiempo la costumbre entraría en silencio para hacernos compañía, pero no dijeron que el verdadero amor espanta todo aquello que finge ser cierto y que la única cadena que nos ata es la libertad. Ahora mismo reinita, cuando tengo la piel impregnada a la tuya, te siento madre,...

Inocencia

"Un destellito de Inocencia para no olvidar de dónde venimos" En la profundidad de su reflexión la Gran Entidad Creadora del Universo pensó en cómo dar forma a la Perfección; quiso evidenciar la Luz Sublime que poseía en cosas certeras. Fue así que creó una esfera que llamó la Gran Madre e Hija de la Vida, en donde podía albergar el fruto de su Gran Amor. Empezó con lo primordial, con la Nueva y Más Joven Luz Blanca (ya había creado otras estrellas) y la acompañó con un reflejo, la Gran Luz Llena, Creciente y Nueva (sabía lo que hacía). Entonces dijo agua, viento y tierra, y así se hizo en la Gran Esfera de la Vida. Entonces volvió e hizo mil formas de animales, plantas y minerales. A cada una les dotó de cuerpo y espíritu, pero además les dio su propia Gracia: la Incesante e Imperecedera Inocencia . Su obra era perfecta. Entonces se retiró a meditar de nuevo. Notó que la Gran Esfera de la Vida, la Gran Madre e Hija, acogía sin dilema a sus hijos. Todos los seres cumplían la ...

Poder y control

Tienes poder sobre mí, pero no control Dado que has decidido anunciarme con vehemencia y exactitud tus desbordadas emociones, me di cuenta que tienes un gran poder sobre mí, porque todo cuanto me has dicho me afecta y al mismo tiempo me encamina, todo cuanto de corazón me has dado me sobrecoge, todo tu amor y amistad están en el núcleo de mi existencia y constituyen el motor de mis pasos. Ese es tu gran poder sobre mí. Pero quiero decirte que una cosa es tu poder, que amo y respeto, y otra es tu ansiedad por controlarme, que hoy examino y desecho. Aunque con ahínco exasperas tus palabras y gestos, con todo respeto te digo que desde ahora tú no tienes control sobre mí, porque pretendes alimentar la ilusión de tu apego hacia mí. Te digo con franqueza, yo tampoco tengo el control sobre nada aunque quisiera. Crudamente te digo: nada de lo que más amo me pertenece o está bajo mis designios. Pero eso sí, como tú, tengo poder sobre algunas cosas: tengo el poder de ser quién quiera, con quién ...

La mesa dulce en Navidad

"Taytacha Noel" de Lissette Vera La mesa tiene un pancito dulce que jugando se disfrazó de rico panetón. Travieso, se escapa de nosotros riendo como duende, todos lo perseguimos tratando de mordisquearlo de a pocos. Mamá nos llama la atención. Papá nos cuenta cómo nació el niño del pesebre. Somos tantos hermanitos, ¿Cómo puedes mamá tenernos a todos con la panza llena? ¿Cómo puedes papá mantenernos el corazón alegre? Esta noche no hay carencias ¡¿Cómo así?! ¡¿Qué magia es esta?!... Diosito mío, te pido por favor que los mejores regalos sean de quien me los quiera dar. Nuestra mesa solo acoge palabras dulces y el azúcar sabe mejor hoy que en los días de desilusión. Mis padres guardan su orgullo para que se lo lleve Papa Noel con sus regalos, por eso esta noche la inocencia está protegida para siempre y el niñito del pesebre nos sonríe. ¡Gracias papitos por todo su amor, porque eso mismo obsequiaré a mis retoños!

La jaula

Afiche Ch.Q. Nació acompañada de su llanto estrepitoso. Apenas salió del vientre tomó su primera bocanada de aire sin dudar. Vino sana, completa, robusta, perfecta, lista para el mundo. Desnuda como todas las anteriores a ella, solo le hacía falta el pecho de su madre, nada más. Ahora crece bajo los preceptos de sus padres, es tierna como él y sustanciosa como ella; sabe saludar y decir "por favor", podría vencerte con una sonrisa o doblegar tu enojo con un gesto, podrías darle todo sin que te lo pida. Es dócil, intrépida, valiente, dotada, fornida, incansable, irresistible. Pero no va más allá. Vive en un nido hecho de metal y de laberintos sin salida. Le ponen límites disfrazados de consejos y le dan juguetes terrenales para que no intente volar. Vive en una jaula, volando a medias, fingiendo caídas en el colchoncito de seda, sin lastimarse. Sus padres le mantienen esa promesa que se prolonga hasta la "mayoría de edad"; está atada a las emociones de ellos. La unió...

Palabras de amor

Ojalá todos estemos de acuerdo con esta frase bastante conocida: "una palabra tuya bastará para sanarme". Con nuestras palabras trasmitimos más que ideas, nos trasladamos hacia otras personas, nos incorporamos a ellas. Nuestras palabras son una forma de extendernos hacia los demás. Hay palabras duras, como gruesos ronquidos furibundos, y palabras tenues, como suaves aleteos de mariposa. Antes de hablar, buscamos las palabras en nuestra memoria, pero son los sentimientos que las eligen. Voy a contarles una historia. Conozco a un hombre, es como un toro macizo, sin gestos ni alardes infantiles, siempre firme y dispuesto a la riña. Se menea como anhelando su último día en la arena sin importar ante quién o quiénes ha de caer. Así es con todos y en todo momento, pero masculla ternura frente a su última becerra, se entretiene al quitarse el corazón para que ella lo beba, se derrite en gestos imposibles para robarle una sonrisa. Y así van ambos, entre el umbral del amor y el impuls...