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Mostrando las entradas con la etiqueta Padre

Padre, hermano o lingüista

Algo extraordinario ocurre mientras doy un paseo por la calle principal de la comunidad nativa de Nueva Luz: al tiempo que cosechan camote, un grupo de señoras me señala con sus miradas y murmullos. Me acerco con cautela y finjo desinterés. (Nadie en su sano juicio reta a un grupo de mujeres matsigenka, ya que puede salir desplumado). Una de ellas toma la palabra y me lanza una pregunta retadora: “¿Tú, me reconoces o no?”. Las demás la secundan con la mirada sin perder el ritmo de la cosecha y el murmullo. Trastabillo, dudo, me agarran frío. Guardo silencio mientras recupero la compostura y respondo con la misma velocidad con la que fui interpelado: “Claro que me acuerdo de ti, la otra vez me invitaste masato en tu casa”.  Gracias a Dios mi memoria recordó un evento que sucedió hace seis meses. La señora sonríe con mi respuesta y las demás también. El murmullo cambia de tono y se torna amigable. He pasado la prueba. Mientras se alejan con su camote, la mujer me lanza otro reto: “Vo...

Hijos del Sol

Nacimos de su vientre cultivado por tu esperma en los principios del tiempo, así fue que te hicimos padre y así es hoy que somos tus hijos. Desde entonces con gran devoción te aclamamos Tayta Inti, y aunque ello no determine recibimos tu luz a diario, incluso con gran bondad imprimes tu gracia en los niños tal como la primera luz del amanecer. Tayta Inti, eres lo que eres cuando tus brazos llegan a esta tierra, eres lo que eres allá en tu esencia, en tu núcleo. Ilusos fuimos, ilusos fuimos al acuñar en tu nombre nuestros privilegios y conquistar lo ajeno. Ilusos fuimos al derramar la sangre de otros para adorarte con el corazón ambicioso. Perdónanos Padre porque ya hemos pagado el precio, ya hicieron con nosotros lo que a otros hicimos... Ya no queremos consolarnos cantando nuestras glorias en estas piedras derruidas. Ahora que cultivamos la tierra y amasamos el cemento, nos damos cuenta otra vez que eres lo que eres cuando tus brazos alcanzan esta tierra: calientas el útero de la Madr...

Inocencia

"Un destellito de Inocencia para no olvidar de dónde venimos" En la profundidad de su reflexión la Gran Entidad Creadora del Universo pensó en cómo dar forma a la Perfección; quiso evidenciar la Luz Sublime que poseía en cosas certeras. Fue así que creó una esfera que llamó la Gran Madre e Hija de la Vida, en donde podía albergar el fruto de su Gran Amor. Empezó con lo primordial, con la Nueva y Más Joven Luz Blanca (ya había creado otras estrellas) y la acompañó con un reflejo, la Gran Luz Llena, Creciente y Nueva (sabía lo que hacía). Entonces dijo agua, viento y tierra, y así se hizo en la Gran Esfera de la Vida. Entonces volvió e hizo mil formas de animales, plantas y minerales. A cada una les dotó de cuerpo y espíritu, pero además les dio su propia Gracia: la Incesante e Imperecedera Inocencia . Su obra era perfecta. Entonces se retiró a meditar de nuevo. Notó que la Gran Esfera de la Vida, la Gran Madre e Hija, acogía sin dilema a sus hijos. Todos los seres cumplían la ...

La jaula

Afiche Ch.Q. Nació acompañada de su llanto estrepitoso. Apenas salió del vientre tomó su primera bocanada de aire sin dudar. Vino sana, completa, robusta, perfecta, lista para el mundo. Desnuda como todas las anteriores a ella, solo le hacía falta el pecho de su madre, nada más. Ahora crece bajo los preceptos de sus padres, es tierna como él y sustanciosa como ella; sabe saludar y decir "por favor", podría vencerte con una sonrisa o doblegar tu enojo con un gesto, podrías darle todo sin que te lo pida. Es dócil, intrépida, valiente, dotada, fornida, incansable, irresistible. Pero no va más allá. Vive en un nido hecho de metal y de laberintos sin salida. Le ponen límites disfrazados de consejos y le dan juguetes terrenales para que no intente volar. Vive en una jaula, volando a medias, fingiendo caídas en el colchoncito de seda, sin lastimarse. Sus padres le mantienen esa promesa que se prolonga hasta la "mayoría de edad"; está atada a las emociones de ellos. La unió...