Mashco Piros en las orillas del río Yanayacu, Alto Madre de Dios (agosto de 2014) Cuando el Padre David Martínez de Aguirre, misionero dominico en la comunidad nativa de Kirigueti, me dijo que los denominados “pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial” no eran tales, y que más bien eran “grupos familiares en cautiverio”, me pareció una posición exagerada, dado que mi única información actualizada sobre los aislados procedía de los titulares que aparecen en las redes sociales o en las páginas de las organizaciones que defienden los derechos indígenas. Leí que los madereros, los narcotraficantes, las empresas extractivas, las empresas de turismo y los misioneros constituían una amenaza latente a la salud y a la vida de los aislados, y que el Estado peruano, a través de sus instituciones y normas, protegía el derecho de aislamiento en las Reservas Territoriales. Confieso que he leído sobre los aislados, mas nunca he conocido uno. He escuchado mil historias sobre ellos...