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Mostrando las entradas con la etiqueta Paciencia

Las últimas sociedades del bienestar

La modernidad es un sistema joven, imprudente, torpe y desatento, aunque sin duda vigoroso. Su gran atractivo contrasta con sus múltiples iniquidades. La tradición, en cambio, ha envejecido en el repositorio de la sabiduría, en la comprensión profunda del medio y en la sobriedad del discernimiento. Pero un punto de vista infructuoso dicta que la tradición y la modernidad no pueden convivir, y si lo hacen se manifiestan en permanente conflicto y resquebrajamiento. No estoy de acuerdo con esta receta. Considero que la modernidad, aunque joven e insolente, de todas maneras escucha el consejo de los ancianos, valorando las lecciones, guardándolas y poniéndolas en práctica en algún momento, aunque bajo su renovado y creativo estilo.  Escucha joven, pon atención, que en las próximas líneas se manifiesta la sabiduría de una sociedad tradicional que ha envejecido a punta de ejemplos más que de discursos. He aquí una sociedad antigua que perece (o renace) con un obsequio para ti.  El a...

Impaciencia

_Gran Entidad, gracias por mostrarme el origen de mi impaciencia y el combustible de mi mal humor, pero sobre todo gracias por enseñarme a lidiar con las causas y congelar la ignición.  Con tantas palabras desembocadas que dije durante la mañana, me doy cuenta que es fácil brillar como una estrella junto a la Luna, pero verdaderamente es difícil brillar en el día, junto al Sol.   _Grand Entity, thank you for showing the source of my impatience and fuel my bad mood, but mostly thanks for teaching me to figth with the causes and freeze the ignition. With so many inappropriate words that I said during the morning, I realize that it's easy to shine like a star alongside to the Moon, but it’s more difficult to shine in the day, alongside the Sun.

Pureza

"Todo cuanto hay es puro o sirve para purificar" Todo cuanto hay, por su naturaleza, es puro o sirve para purificar. Las cosas son tal cual en su forma primigenia, en su esencia; sin embargo, cuando el camino elegido se vuelve intransitable y pesa la conciencia, nuestra pureza pierde vitalidad y nos encogemos. Cuando nuestra luz desacelera al no llegar a los demás y se vuelve tenue al no inspirarlos, entonces es tiempo de recomponerse. Aunque a veces no lo percibamos, ese camino electo también presenta ofrendas luminarias que pueden restablecer la pureza desgastada. Si por un momento pensamos nuestros pasos y miramos alrededor como buscando algo que ya hemos visto, entonces presenciaremos con claridad aquellos dones de pureza intacta. Si nos detenemos a observarlos e imaginamos que ingresan a nuestro ser con la precisión del rompecabezas que siempre faltó, entonces habremos encontrado la sagrada ubicuidad y la magia de la sanación. Hay quienes, por su constancia y aceptación,...