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Flojedad

Me está dando flojedad de leer todas las idioteces   de barrocos presumidos Se cierran mis ojos y mi mente decae junto a mis mocos Prefiero unas coquitas  con tocra y chamiro y un masatito nada presumido Prefiero la conversación amena y la sonrisa amiga de quien lleva una enorme barriga    O perderme en el diluvio  que trae a mi memoria las fiestas del mes de junio Gente querida  no escriban pensando que son Los Jueces porque les saldrán sandeces Mejor cuenten un chiste o hagan una broma al idiota de la Sorbona  Leer no tiene que ser un martirio porque conversar es sencillo como el canto de un grillo Sabe Dios que en la ocurrencia  está la decencia  de quien escribe con arte y ciencia  Escribe sencillo para el niño y para el que lee el bosque y el río
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¡Talita cum! (La fe de un matsigenka)

“Y tomando a la niña por la mano, le dijo: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!)” . Marcos 5:41 A continuación, relataré un episodio de la vida de un padre matsigenka que es creyente evangélico, a quien llamaré Diosconnosotros. Él vive actualmente en una comunidad nativa del Bajo Urubamba, en un afluente del río Picha.  Diosconnosotros, está “casado” o convive con Ladelamiradasilenciosa, una mujer ashaninka, sin duda. Dice él que ella no habla castellano, pero entiende, lo cual he comprobado. Se puede tener una conversación elemental, agregando algunas señas, pero, la comunicación es más efectiva con la mirada. Ella tiene la mirada transparente, acogedora, lírica. Se la puede ver interiormente, y ella a ti, fácil. Diosconnosotros, en cambio, tiene la mirada desconfiada. Parece un matsigenka recorrido que ha visto todas las pendejadas que el “chori”, el extranjero, puede hacer con su palabra y su letra. Así que, desconfía. Bueno, más bien diría que ti...

Yo no te diré

  Yo no te diré feliz cumpleaños. Yo no te diré feliz aniversario. Yo no te diré feliz navidad. Yo no te diré feliz año nuevo. Ya ni siquiera tengo ganas de abrazarte de pecho a pecho, fuerte, y mirarte con ojos claros y probos, ya no.  Estoy harto de fingir una fiesta, unas bombardas estrepitosas y unas compras compulsivas, y una cena descarada (una cosa es la desmesura y otra la abundancia, eso me queda claro). Estoy harto de fingir riquezas y viajes en el face para decir que estoy feliz, que la paso mejor que tú (¿Cómo podría abrazarte sinceramente siendo así? No, no puedo; ya estoy harto). Ya estoy harto de ver tus manos cobrizas y arrugadas, sentada o de rodillas, con el rostro arrepentido, suplicante y a la vez exigente, como si yo, “el pelucón”, fuera la solución a tu ¿pobreza? (¡Saca tus manos, dame paso, no soy mercancía!). Estoy cansado de ver indígenas mendigos, clasemedieros piruetas en los semáforos y ricos fanfarrones (¡Cómo podría llamar a esto fiesta! ¡Cómo pod...

Comentario al libro “Minería, Género y Parentesco. Etnografía sobre el oro entre los Arakbut de Madre de Dios” (2023), de Lucero Reymundo Dámaso

“Nosotros trabajamos el oro distinto a los blancos. No es que seamos diferentes como seres humanos, sino que nuestra forma de vida es distinta” (p. 76). Lucero, en este libro, alcanza el rigor académico que exige la antropología: complementa la información teórica con la de campo. Sin embargo, siento que a veces las citas de los estudios previos opacan o disminuyen la fuerza de sus reflexiones y de los testimonios, excepto al final del libro, donde la autora, en modo humano, rasga la camisa de fuerza de las convenciones académicas y las posturas antropológicas sobre lo indígena. El verdadero viaje de Lucero, precisamente, empieza en el último párrafo de su libro.  Como dije, Lucero, hizo la tarea según los cánones antropológicos. Veamos, pues, sus aportes:  Minería.- Las concesiones de oro aluvial están arrasando con el territorio indígena. En este contexto, la gente arakbut de San José de Karene, decide meterse en el negocio. Aprenden y avanzan en la explotación. Una de sus e...

La espiritualidad pragmática de la gente indígena

  El día martes pasado fui a conocer a Linda J. Seligmann, una antropóloga que ha convivido con la gente quechua andina alrededor de 40 años. La propaganda de la conferencia, decía: “La vida en los Andes: experiencia de trabajo de campo sobre etnicidad y género en los Andes cusqueños”. La cita fue en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco – UNSAAC, a las 10:00 am.  Antes de llegar al point , me encontré con Linda y con Daniel Guevara, quienes caminaban juntos rumbo al salón de grados. Me presenté. Linda, me pareció una persona jovial, sonriente, curiosa de saber cuál era mi tema de investigación. Es una persona adulta mayor, de baja estatura, delgada y de cabello ondulado. Vista de lejos, parece una universitaria más, con el pelo plateado, un morral y su mochila en la espalda. Sin embargo, cuando la miras y la escuchas de cerca, te das cuenta que no es de aquí por su castellano gringo, aunque estoy seguro...

Sesión de Ayahuasca en luna llena. Natanael, se manifiesta

Para Nicomás, el probo aprendiz.  ¿Quién es Natael o Natanael? Pues yo mismo no lo sé bien, ja, ja, ja. Lo que pasa es que mientras cantaba, oraba y soplaba, ese nombre, como otros que no recuerdo, vinieron a mi mente y lo vocalicé. Nicomás, el joven aprendiz que vino desde la ciudad del Cusco hasta Quillabamba para su primera toma de Ayahuasca, al escuchar el nombre durante la sesión, pensó que me había equivocado. Pero no, no me equivoqué, ese nombre saltó, salió y fue enunciado. Vamos por partes.  Nicomás, el aprendiz ––aunque él aún no lo sabe––, llega a Quillabamba el día viernes 19 de julio de 2024 a las 21:00 horas. Yo pensé que llegaría a las 15:00 horas, porque vi su boleto de viaje y decía que salía del Cusco a las 10:00 horas, así que, en cinco horas, debía llegar a Quillabamba. Cuando le escribo, media hora antes de las 15:00 horas, para decirle dónde estaba, me responde con un “Ups” en el wasap. Pasa que tanto él, como su padre, quien compró el pasaje, leyeron 10:...

Surcando el Urubamba (2015), de Asier Solana y Rodrigo Rodrich

El año 2015, Asier Solana y Rodrigo Rodrich, publican un testimonio escrito y visual de su viaje por el río Urubamba. El recorrido, comprende el tramo amazónico que comúnmente se conoce como el bajo Urubamba. El viaje, empieza y termina en Sepahua, un poblado multiétnico que tiene la categoría de comunidad nativa y capital de distrito. Precisamente, los viajeros parten de la Misión del Rosario de Sepahua, regentada por el fraile dominico Ignacio Iraizoz Goldáraz. Al respecto, podría decir que, en gran parte, este libro es la extensión de las ideas y experiencias de Ignacio, aunque en las palabras de Asier y las imágenes de Rodrigo.  Hay lugares icónicos del bajo Urubamba que los autores visitaron, como Maldonadillo, El Sepa, Nuevo Horizonte, Onconashiari, Puija, Sepahua, Santa Rosa de Serjali, Kirigueti, Kotsiri, Camisea, Cashiriari, algún asentamiento nanty-matsigenka, Timpia, Tsomontoni y el Pongo de Mainique. Por tanto, y lo más importante, hay personajes y escenas también icóni...