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Mostrando las entradas de enero, 2024

Encantamiento para la mujer amada

Llevo 20 años de casado y debo confesar que estos últimos meses, como dice mi mujer, he estado distante. Algo de verdad tienen sus palabras, porque una mujer sabe. Entonces, hoy, mientras leía, encontré una receta para atizar el fuego del maridaje. Dice así: “[hay que] cantar a nuestra mujer […] Para que nuestra mujer nos ame”.   Sí, en efecto, vale ir al karaoke y dedicarle la canción de enamorados o cantar con voz de gallo degollado el tema romántico de temporada (excepto Bad Bunny). También vale sorprenderla vestido de mariachi con micrófono en mano o hacer la fonomímica en calzoncillos. Sí, vale. Pero, esta receta no habla de ello, aunque se pueda interpretar así. Habla de otro tipo de canto, de un encantamiento.  El consejo proviene de un indígena amazónico del pueblo shuar, Jorge Caringkia. Dice que su padre y, especialmente su abuelo, le enseñaron a cantar para que su mujer siempre lo ame. Jorge, sin embargo, no precisa cómo, pero comprendo que se trata de un canto personal y pr

Muerto de risa

Acabo de ver esta película. Las actuaciones me gustaron, aunque no me acostumbro a la combinación chiste + grosería, típico del cine peruano, quiero decir, limeño. La grosería aparece como la cuña de un mal chiste. El “puta madre huevón de mierda” es el gran cierre que, supuestamente, convierte en bueno un chiste mediocre. Al menos eso creen los libretistas o el “impro” que les permiten a los actores y actrices. Así es el cine limeño, fiel a su público, a sus “causitas”. Pero estas líneas no tratarán de ello.  Hoy, a la hora del almuerzo, un comensal le decía a un amigo por el teléfono: “pareces un provinciano recién bajado ¿Cómo no vas a ubicar el restaurante?”. Precisamente, acabo de llegar a Lima. Sí, recién bajadito y me siento en otro mundo. Esta es una realidad paralela. Desde luego que puedo moverme y caminar, pero siento que no pertenezco aquí. Tengo muchas horas/bote, horas/bosque, horas/gente indígena amazónica como para desapegarme de sus lecciones y vivencias. Lima es un ma

Ruta y sucesos de Cusco al Bajo Urubamba

De Cusco a Quillabamba Hoy es sábado 09 de diciembre de 2023. Salimos con Humberto desde el Cusco hacia Quillabamba. Viajamos, como el martes pasado, en la misma empresa de transportes, K'intu, porque es la única que te da factura, tiene espacio para los bultos (es un bus de 30 pasajeros) y aguanta a los adultos mayores y discapacitados, como Humberto, en este caso. Bueno, salidos puntuales, a las 10:00 am. En unas horas paramos en Phiry, en las faldas del gigante o de los grandes cerros que atraviesan el abra Málaga. Allí, el chofer se regodea como rey con las atenciones de las dueñas de la parada, quienes le dan comida y bebida como si atendieran al hijo que no tuvieron. En unas horas, pasamos el abra Málaga, y a continuación el lugar donde el martes pasado nos quedamos varados cinco horas Humberto y yo, porque hubo derrumbe. Hoy, en cambio, pasamos felices, sin percances. El camino fue limpiado por las maquinarias de la Municipalidad Provincial de La Convención. Yo viajo leyendo

"Por esa Margen Derecha" de Sergio Sullca Condori (2017)

Sentimientos que me provocó la lectura del poemario de Sergio Sullca Condori (2017), el ahora alcalde del distrito de Santiago, en Cusco, Perú Se acabó la poesía abstracta, la que me hacía sentir como un tonto. Por fin un poemario de sentimientos extraídos de la vivencia y escritos con la franqueza del corazón.  Sullca, mi amigo (aunque no muy cercano, pero ahora sí que lo siento a mi lado), quiero decirte que me he deleitado con tus poemas, con todos (ya bueno, excepto con un par). Yo que vivo en Magisterio (la verdad, vivo en Collasuyo, pero no se lo digas a nadies ), me ha dado ganas de ir a la Margen Derecha, a vivir en esas laderas, a embarrarme con la vista del Valle del Cusco, a construir mi casita de adobe y tejas quebrantadas. Me llevaré, desde luego, a mi Eloya (a la Chivi), aunque ella no dejará Magisterio así nomás, ja, ja, ja.  Pero, quería decirte, que tus poemas deslumbran por su sencillez, por su franqueza, por sus frases llenas de una envolvente mezcla de desarraigo y