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Mostrando las entradas de abril, 2024

El poema que me pedisteís

¿Quieres un poema? Pues allá va. Pero te advierto, será un reclamo, una pausa. ¿Hablará de amor? Por su puesto, pero no será romántico, será un chanque, tipo “toda la noche canchis, canchis”. … Me dices: “Doooosio, hace tiempo que no me escribes un poema”. Me pregunto: ¿Será por mi ausencia o por tu pena? Son ambos. ¿Me exiges un poema porque ya no te quiero escribir? o ¿Me exiges un poema para exigirte a ti? Son ambos. Yo, signado por las distracciones y dedicado a los hermanos mayores, los indígenas. Y tú, marcada por la pérdida y atribulada por los caprichitos de nuestras hijas, las crespitas. Aún así, aunque el día duele, la noche, para ambos, es un consuelo, porque nos abrazamos. Ya no estaremos al día siguiente; seremos ausentes, otra vez. Los reencuentros son de noche, en el lecho. Amaneceremos erizados, lanzando las punzadas que para mí son bromas y para ti ofensas. Pero en la noche, en la camita, no habrá frío, no habrá helada de junio, eso es seguro. … ¿Quieres un poema? Pues

La comunidad de la risa

Estoy rumbo a Quillabamba desde la ciudad del Cusco. Me acompaña Beatriza, una matsigenka de 28 años. Le pesa la mirada mientras pasamos el abra Málaga. Es la altura. Estamos a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Su bebé, de tres meses, también la está pasando mal. Miro preocupado a Beatriza y ella, despeinada, como si despertara de un pesado sueño, saca una gran sonrisa y ríe con tres sílabas encantadoras. Le quito la mirada y luego de un rato la vuelvo a mirar, e igual, ella me planta la misma risa y sonrisa. Está programada.  Hay que reír frente a la muerte Beatriza, me hizo recordar una anécdota que me pasó hace ya varios años atrás. Visitaba yo la comunidad nativa de Timpia. Al día siguiente, junto a dos varones matsigenka, fui hacia el asentamiento de Tsomontoni, el hogar de ellos. Caminamos un buen trecho, a toda prisa, hasta que llegamos a la orilla del río. Teníamos que vadear para seguir nuestro camino. Los dos matsigenka, rápidamente, sacaron de entre los arbust

Las carreteras en la Amazonía y las lógicas que las sustentan

Toda carretera está fundamentada en una lógica. El principal insumo de una carretera no es la grava, sino la visión de quienes la construyen y usan. Empero, no hay un entusiasmo homogéneo sobre las carreteras; hay varias lógicas, algunas complementarias o contradictorias, y otras excluidas. Precisamente, estas últimas, que corresponden a los pueblos indígenas amazónicos, tienen el potencial de convertirse en el paradigma sostenible que las carreteras, y el planeta, requieren. ¿Y cuál es esa lógica salvadora? La gente del bosque y del río amazónico utiliza las carreteras para el disfrute social.  A continuación, algunos argumentos de las lógicas estatal, colona, conservacionista e indígena amazónica. Incluyo, además, cuatro lógicas perniciosas que deben desaparecer cuando transitamos por las carreteras. Finalmente, digo que sí a las carreteras, pero...   Dos mujeres matsigenka, en la ciudad del Cusco, listas para abordar su transporte al Manu. Setiembre de 2022 La lógica Estatal Según e