En esta mañana sin reposo iniciamos la lucha, aunque advertimos que no usurparemos la dignidad de nadie ni esconderemos la piedra, no daremos discursos grotescos ni sembraremos odio en los corazones desorientados, no vestiremos de verde ni obligaremos a los niños a cargar nuestras armas, no tomaremos embajadas ni nacionalizaremos la vida, tampoco ejerceremos liderazgo político ni hurgaremos en la maquinaria mediática, sino que con las justas, armados con el pensamiento reflexivo y la palabra firme, susurraremos en los corazones de quienes quieran escuchar.