Ir al contenido principal

Memoria, historia e identidad. Joël Candau (2006)

Opinión.- 

En las clases de "Teorías clásicas de la Antropología" estamos discutiendo el libro de Joël Candau, Antropología de la memoria (2006). En cuanto leí la introducción y las conclusiones, tuve dos impresiones inmediatas:

El autor sobredimensiona la importancia de la memoria para el ser humano.
Sus postulados se aplican a las sociedades modernas complejas, donde la memoria alcanza extensiones también complejas.

Luego de la exposición del grupo y el debate consecuente, quedaron en mi memoria las siguientes ideas:

a.- Me ratifico: considero que Candau sobredimensiona la importancia de la memoria. Es evidente que la memoria, que se trasluce en el recordar y olvidar, es importante para la existencia humana, pero no es el todo. Hay que considerar también el rol de la conciencia y el inconsciente, temas muy poco abordados desde la disciplina antropológica.

Entiendo que, cuando escribió Candau, hacía falta sostener que la memoria es una importante variable para el desarrollo de la disciplina antropológica. Sin embargo, me parece curioso que no haya planteado la idea dentro de la disciplina histórica, ya que, memoria e historia, suelen estar interrelacionadas.

b.- Me ratifico en mi segunda impresión, que Candau desarrolla sus argumentos bajo preceptos greco-romanos para comprender el funcionamiento de la memoria en sociedades urbanas complejas. Pero eso no limita la propuesta conceptual. Al contrario, permite ubicar categorías que nos pueden ayudar a explicar el funcionamiento de la memoria de las poblaciones indígenas.

La discusión en grupo arrojó que, si bien la historia ha considerado fuentes documentales y orales para reconstruir el pasado, ha dejado de lado en su análisis la memoria, es decir, la configuración del recordar y olvidar. Por ello, una línea crucial de investigación para complementar el conocimiento de la historia es abordar el estudio de la memoria indígena contemporánea. Conozco un estudio al respecto, que aborda la forma en que los grupos étnicos quechuas recuerdan y olvidan los sucesos de la violencia política. Es la tesis de Hernán Sullca, "Los senderos de la violencia: Historia y memoria de la violencia política en Haquira" (1988-1994).

Ahora entiendo, sin embargo, por qué Candau planteó la variable "memoria" a la antropología y no a la historia. La antropología, como disciplina, se alimenta de la oralidad y, por lo tanto, de los recursos de la memoria. La historia, en cambio, navega en el documento, que es una extensión de la memoria. Pero no hay que cerrarnos ¿verdad? Los historiador@s que conozco han empezado a considerar la forma cómo piensa la gente para reconstruir o reflexionar sobre la historia.

Un aspecto que me llamó la atención fue el vínculo entre identidad y memoria. Si mal no recuerdo, el axioma decía que la identidad se construye con la memoria. No hay identidad sin memoria. A partir de esta idea, el autor desarrolla cómo las sociedades modernas de hoy articulan su identidad en los espacios de la memoria (museos, plazas, monumentos, etc).

Me pareció que la modernidad actual no sólo está tratando de consolidar un tipo de identidad según lengua o etnia, con base a un criterio nacionalista, sino que además está tratando de alargarla, es decir, hacerla perdurable en el tiempo. Ligar, por ejemplo, memoria y patrimonio cultural, es una forma de sentar las bases de una identidad que aspira a perennizarse.

Perennizar un tipo de identidad frente a otras se ha convertido en una tarea constante en los estados plurinacionales. El hecho es que las transformaciones o los cambios en la identidad van más rápido que las políticas públicas que las sustentan. Mientras que una ley -una extensión de la memoria- orientada a proteger las identidades culturales está vigente, las identidades -basadas en la memoria- se transfiguran y sobreponen en una forma tan ambigua e ininteligible que solo se pueden leer mediante comportamientos y actitudes concretas. Así, la vestimenta, el idioma, el territorio y la autodefinición, criterios tradicionales para definir la identidad, se convierten en indicadores suplementarios.

El punto es que, mientras la memoria dinamiza la identidad, es decir, la vuelve temporal, de corto alcance y relativa, las extensiones de la memoria -leyes y políticas públicas- tratan de sujetar la identidad a una estructura invariable y perenne. Esto genera una dicotomía entre ambas, porque tarde o temprano la primera no se reflejará en la segunda. O la segunda se resquebrajará frente a la impronta de la primera.

Como fuere, pienso que entre la gente del bosque y del río la memoria tiene una utilidad práctica y funcional. Su motor más importante es la oralidad, el conversar, que le da variabilidad de significados y una atemporalidad consecuente. Quiero decir que la memoria perdura en el tiempo, pero no por el idioma o lengua en concreto que utiliza para manifestarse, sino por las ideas y conceptos que desea trasmitir.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Entrevista a don Alberto Manqueriapa Vitente, maestro curandero y “Personalidad Meritoria de la Cultura”

Por: Donaldo Humberto Pinedo Macedo. Fotografías: Reenzo Velásquez Bernal, Edward Zambrano Quispe y Uriel Caballero Quispitupa. Alberto Manqueriapa Vitente, es un maestro curandero --intermediario diría él-- de 60 años de edad. Nació en la comunidad nativa de Santa Rosa de Huacaria (Reserva de Biosfera del Manu), en el distrito de Kosñipata, provincia de Paucartambo, departamento del Cusco, Perú.  Alberto, procede de dos ramas culturales: por línea paterna, es Wachiperi (Harakbut), y por línea materna, es Matsigenka (Arawak).  En el año 2021, debido a sus conocimientos y prácticas relacionadas a la medicina tradicional amazónica, Alberto fue distinguido como “Personalidad Meritoria de la Cultura”. A parte de las sesiones de sanación con ayahuasca que dirige regularmente, Alberto es depositario de los rezos cantados Eshuva , los que fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación el año 2010. La entrevista fue realizada en el salón comunal de la comunidad nativa de Santa Rosa de Hua

Atención de salud de indígenas amazónicos en los hospitales de la ciudad del Cusco, 2020-2021

Artículo de investigación.- En el periodo febrero 2020 – agosto 2021 se ha incrementado la afluencia de personas de origen indígena amazónico a los hospitales de la ciudad del Cusco. Se trata, principalmente, de indígenas matsigenka monolingües que provienen del distrito de Megantoni (provincia de La Convención), quienes mantienen una relación de contacto reciente con la sociedad nacional Donaldo H. Pinedo Macedo 1 y Vilmanuel Díaz Vilca 2 1 Maestría en Antropología Social 2020, Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Perú. 2 Escuela Profesional de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Perú. Descarga la versión PDF aquí (incluye notas al pie y bibliografía adicional) Nota de los Autores Donaldo H. Pinedo Macedo    https://orcid.org/0000-0002-0269-7097  Los autores no tenemos conflictos de intereses. Agradecemos a los Misioneros y Padres Dominicos del Vicariato Apostólico de Puerto Maldo

Toledo, Humala y Castillo. Tres destellos de la utopía andina en el Perú

Sentipensar.- La utopía andina, en mi mente, no es el regreso del Inka para subyugar a los neo conquistadores o restablecer un imperio perdido, sino más bien es la personificación de lo que significa ser un Inka... ¿Qué tienen en común Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Castillo? ¿Por qué mi mente -y mis sentimientos- trazan una misma señal cuando pienso en ellos? ¿Por qué cuando los veo por la tele mi palpitar es unísono? Me siento identificado con ellos -como millones de peruanos-, pero no por su posición política, que de hecho no comparto, sino porque su propaganda electoral activó en mí una fibra oculta que nace y renace. En efecto, hablo de la utopía andina. Debo aclarar que no soy una persona que tenga la secuencia genética indígena intacta -creo que ningún peruano la tiene-, más bien soy un mestizo (nada errante) que está enclavado en los Andes del sur, embargado de Apus e historias del Cusco, el “ombligo del mundo”. Pero aún así, la utopía andina, esa fibra de rebelde es

La hora de la hallpa en Quillabamba

Estoy con el “mago blanco”, mi bicicleta, paseando por las calles de la ciudad de Quillabamba. Paso por el parque Bolognesi, más conocido como el de las banderas, aunque no veo ni una. Busco una banca cómoda, con sombra, para el ritual de la hallpa. Me siento en una. Algunas personas, en otras bancas, juegan a las cartas. Todos son varones adultos. Tienen una mochila en la espalda y una bolsa verde de hojas de coca al lado. En la boca, el cigarro y el bolo coquero; en las manos, las cartas; en los ojos, las monedas apostadas y la ambición chispeante. Son las 9:00 am., es sábado. Lo mismo pasa el domingo, a la misma hora. Me huele que esto sucede todos los días y en cualquier momento. Estas personas se reúnen para la hora de la hallpa. Hallpero solitario No todos juegan a las cartas. Otros, en pares, hallpan, conversan y observan a los grupos de baile que ahí se reúnen. Yo estoy solo, con mi hallpa y mis pensamientos. Soy un hallpero solitario que apenas mira a la gente. En cambio, los