Reseña del libro del Centro Cultural José Pío Aza (2022) La selva da para mucho. Cada quien vive la selva a su manera, según el alcance de su entendimiento. Pero la selva no se cierra, no toma partido, ni aprueba ni desaprueba, solo existe, solo es y continúa creciendo, germinando. ¿Quién entiende mejor a la selva? ¿Sus habitantes naturales? ¿Su gente originaria? (¿Al final quién es "gente"? ¿Los animales también son --o fueron-- gente?). Pregunta tonta. A la selva no le importa, deja que la gente (la verdadera y la que fue) hable como guste, como mejor le guste. La selva sigue germinando. Cuando alguién cuenta sobre la selva, sobre todo quienes han estado en ella desde el principio --desde el Wanamey, desde Tasorintsi o desde Tsla--, parece que dijeran incoherencias, sinsentidos, frases incomprensibles, lógicas quebradizas, giros intrincados. Sin embargo, y curiosamente, a pesar de la deformación de la forma, siempre aparece claramente el mensaje moral, la lección, el apre...