Queridos hermanos y hermanas, ante todo un fraternal y caluroso saludo.
Muchos que lean esta carta me vieron crecer y me cargaron de niño, y con muchos crecí. La comunidad de Queros está llena de recuerdos y sentimientos para mí, por eso escribo estas líneas porque deseo contribuir a las reflexiones que involucran al pueblo wachiperi.
Hace ocho años se firmó un Convenio de Cooperación con la Dirección Regional de Cultura de Cusco (INC). Hace cuatro años ese Convenio expiró sin ser renovado. ¿Qué se ha obtenido de esto? Recordemos que el objetivo principal de dicho Convenio era elaborar un Plan de Etnodesarrollo para conservar la cultura wachiperi, plan que nunca se elaboró, o en todo caso nunca fue conocido ni discutido por la comunidad ni por las organizaciones que nos representan. Recuerden que el diagnóstico que elaboró el INC nunca fue validado por la comunidad, recuerden que nos enteramos por las noticias cuando la Esuwa fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, recuerden que no sabíamos que la Esuwa fue incluida en la lista de la UNESCO hasta que nos dijeron los funcionarios del INC, recuerden que la idea de hacer un diccionario wachiperi fue del Ministerio de Cultura. Recuerden, además, que en su momento lo único que pedimos con gran interés era una maloca para alojar a los turistas que venían a la comunidad. ¿Acaso quiere decir que algunas actividades las solicitamos por conveniencia y otras las aceptamos así nomás y sin reflexionar? De nada sirve que tengamos malocas bonitas y diccionarios a todo color cuando nuestro derecho a participar en las decisiones y ser consultados sea constantemente violentado, como lo ocurrido en la elección Regional y Municipal del 2010. Es importante que la comunidad sea partícipe en estos procesos y que no simplemente sea avisada o se reúna solamente para ratificar lo que pensaron y decidieron otros. Toda intervención de instituciones externas debe tener consultas previas y participación plena en las decisiones, porque una cosa es trasmitir conocimiento y otra cosa es trasmitir autoritarismo y paternalismo. No podemos seguir con esto, porque de esta manera no se podrá forjar una verdadera relación intercultural y equitativa.
Es muy importante exigir que las intervenciones de las instituciones sean a través de políticas y planes concertados, y no con acciones puntuales e improvisadas que solo generan estados momentáneos de alegría, que luego, ante el fracaso, generan frustración. La conservación de la cultura wachiperi no debe basarse en las buenas voluntades de los funcionarios de turno, sino en políticas culturales que deberían ser sostenibles en el tiempo, en donde los mismos wachiperi decidan cómo conservar su cultura.
Incluso es importante preguntarnos sinceramente ¿Nos interesa realmente seguir conservando nuestra cultura? ¿Es una prioridad? ¿Existe un plan de salvaguarda de la cultura wachiperi, la comunidad participo en la elaboración o conoce este plan? ¿La intervención del Ministerio de Cultura y las declaratorias ayudan al desarrollo económico de la comunidad? ¿O simplemente es un discurso del Amiko sentado en su oficina que ve al indígena romántico para la foto?
Para mí la problemática de los wachiperi siempre va a estar presente en mi vida, porque mis raíces son wachiperi, pero para otras personas los wachiperi van a ser importantes o interesantes mientras les dure el trabajo y reciban un salario, mientras tengan buena voluntad o dure su gestión. Amigo es aquel que se queda hasta la última hora de la masateada, el que canta y llora nuestras alegrías, y no aquel que va, saluda y tiene que irse temprano a su casa.
Hace falta que los profesionales que intervienen en la comunidad tengan el entrenamiento para poder entender y sentir. Muchos dicen conocer a los indígenas, saber mucho de ellos, incluso se llaman “especialistas”, pero ¿Cuántos realmente tienen el sentimiento del indígena o cuántos realmente conocen las cosas que vivieron y pasaron los wachiperi antes de la creación de la comunidad? De repente son personas que trabajan en la comunidad, pero en el fondo tienen intereses urbanos, y la relación con los wachiperi únicamente es laboral. Las instituciones y sus profesionales no conocen lo que está ocurriendo y porqué están desapareciendo los wachiperi, y con sus intervenciones hacen cambios y se van, no saben lo que pasa después de su intervención porque el presupuesto se acabó o porque buscaron otros intereses. Al final de todo hermanos los wachiperi y la comunidad quedarán solos, con sus propias decisiones.
Estamos pasando ese puente al mundo occidental, y el paso debe ser con orgullo, dignidad y conocimiento para poder defender los derechos, no los nuestros, sino de los wachiperi del futuro, de nuestros hijos. Sí, es posible que muchos de ellos ya no hablen ni canten en nuestra lengua, pero aun así se sentirán wachiperi. Con orgullo, dignidad y conocimiento no habrán personas o instituciones que critiquen el no vivir en la comunidad o el no hablar nuestro idioma. Con orgullo, dignidad y conocimiento podremos reflexionar y discutir sobre nuestro futuro sin que otros nos impongan qué y cómo hacer.
Todo cambio debe salir de los wachiperi, todo cambio debe ser a través de una verdadera revolución del espíritu y del corazón, en donde se unan el pasado y el presente con firmeza y coraje, asumiendo y pensando en las nuevas generaciones. Exijamos, por eso, no solo desarrollo con identidad, sino también desarrollo con autodeterminación y dignidad.
Con el corazón abierto y en gratitud al Apan Dios. Por lo que fuimos, por lo que somos y por lo que seremos.
Atte.
Joel Jahuanchi Marca.
Estimados señores, soy periodista peruano, interesado en los cantos curativos Esuwa. Necesito información sobre el papel que han jugado dos personas en la recopilación de estos cantos: Patricia Lyon y Holly Wistler. No he encontrado información escrita sobre el tema en ninguna parte. Agradezco de antemano. Rafael León
ResponderBorrarSeñor Rafael, tenga la amabilidad de enviarnos su correo electrónico para ofrecerle más detalles. Cordiales saludos.
BorrarMil gracias:
ResponderBorrarleonca@telefonica.net.pe