Ensayo.- |
Recuerdo que entre los años 2015-2019 compartí la ayahuasquita con un grupo pano de la Amazonía suroriental del Perú. Me refiero a los yora, nahua o sharanahua del río Mishagua (departamento de Ucayali). En aquellas ocasiones vi participar a varias mujeres en las sesiones de ayahuasquita, quienes eran las esposas de los varones que tomaban el brebaje. Ellas acompañaban a sus parejas, pero no tomaban la plantita, solo iban a curarse, quiero decir que el chamán principal, y a veces sus propios esposos, las curaban. Pero la verdad es que no puedo asegurar que ellas no tomaban el brebaje. El hecho que no las haya visto tomar no quiere decir que no lo hayan hecho. Planteo esta duda porque en aquellos momentos mi concentración estaba en las visiones y no en determinar si las mujeres tomaban ayahuasquita.
Recientemente, Laura Pérez Gil ha publicado un breve artículo que tituló "Las mujeres yaminawa y el ayahuasca: chamanismo, género e historia en la Amazonía Peruana". El argumento central de la autora es que las mujeres yaminahua tomaban ayahuasquita de forma regular antes de su contacto con la sociedad nacional (¿1950-80?). Antiguamente, las mujeres yaminahua ejercían un rol shamánico más activo, especialmente en su círculo familiar, a diferencia de hoy, que han dejado la práctica ayahuasquera debido al sedentarismo y a las influencias externas, generando así el monopolio de los varones.
Considero que las mujeres yora-nahua del río Mishagua no tienen una relación directa con la ayahuasquita. Quiero decir que no ingieren permanentemente la plantita, al contrario de sus parejas, los varones adultos, quienes toman la medicina con bastante regularidad (tres días seguidos con lapsos de dos semanas). Aunque las mujeres no toman ayahuasquita (mejor dicho no las he visto tomar), acompañan a sus parejas en las tomas regulares, así que de todas formas participan en el proceso terapéutico.
La gente yora-nahua toma ayahuasquita en grupo. Se juntan de 10 a 20 personas adultas (de 45 a 70 años), con predominio de los adultos mayores. Podría decirse que los adultos mayores son la "generación del contacto", porque hace 40 años, cuando sucedió el contacto con la sociedad nacional, ellos tenían entre 20 y 30 años. Este "Consejo de Ayahuasqueros", como yo le llamo, está conformado principalmente por varones. Las mujeres, que son sus compañeras o esposas, asisten a las sesiones sin ninguna restricción. Incluso la pareja comparte la misma hamaca durante la jornada ayahuasquera.
Durante las sesiones, la mujer acompaña silenciosa, sin cantar y sin tomar ayahuasquita, mientras que su esposo toma el brebaje. Cuando éste alcanza las visiones y el trance, aprovecha para curar a su esposa: le sopla con tabaco, le icarea, le chupa y expulsa los males de su cuerpo, le comparte su hálito vital en la coronilla, la abraza y le habla cariñosamente, como disculpándose u ofreciéndole las directrices. Ahora que recuerdo esas imágenes, me doy cuenta que fueron momentos de ternura, donde la pareja fortalecía sus vínculos de afecto, respeto, fraternidad y amor.
Me doy cuenta, además, que las parejas ayahuasqueras son las más antiguas y estables de la comunidad, a diferencia de las parejas jóvenes de hoy en día, que tienen un ritmo constante de cambio y recambio. Entonces, las parejas ayahuasqueras no se han formando recientemente, sino que son esposos "pre contacto" que se han mantenido sólidos. Esto me confirmó una hermana dominica que trabajó como profesora en la comunidad durante la década de 1990. Por esta razón, considero que el Consejo de Ancianos Ayahuasqueros, si bien está liderado por el kuraka y su séquito, en la práctica está conformado por parejas estables de esposos. La solidez y permanencia de estas parejas se debe, sin duda, a que comparten la práctica ayahuasquera.
En conclusión, las mujeres yora-nahua no toman ayahuasca, pero acompañan a sus esposos en las sesiones. Las mujeres adultas son parte del proceso terapéutico de la ayahuasca, aunque no como consumidoras o tomadoras del brebaje, sino como pacientes. Solo las mujeres adultas mayores asisten a las sesiones de ayahuasca, mientras que las jóvenes no participan. Hay un grupo permanente de ayahuasqueros yora-nahua liderado por el kuraka y su consejo de ancianos, aunque conformado por parejas de esposos estables. Finalmente, las parejas ayahuasqueras son estables porque comparten las mismas experiencias trascendentes que les permite la ayahuasquita.
Cusco, 25 de diciembre de 2021
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