"Amaneciendo con el Taytacha Qoyllur Rit'i" de Ricardo Guevara. Es uno de esos lugares en donde la Fe se materializa en una roca - montaña |
Ante tu persistencia, quienes amasamos tu forma y le dimos hálito de vida, quienes te acurrucamos los primeros días, hoy te recordamos esto: recibiste el don de la ciencia para emprender tu espíritu no para fomentar tu intransigencia. Te aclaramos: como la técnica y la constancia, las grandes obras y la metáfora salieron de la misma cueva. ¿Por qué hiciste la muralla? ¿Por qué hiciste esa ciudad sagrada en la montaña? ¿Por qué siguen allí todavía? Estás confundido, nos malinterpretas otra vez, no escuchas lo que te decimos, no quieres llegar a la verdadera respuesta. Hasta cuándo.
Con la gran muralla dijiste que era para proteger a tu gente, te dijimos que el miedo invadía tus pensamientos. Aún así retaste la lealtad de los tuyos, el capricho de las montañas y la paciencia del tiempo. Iluso, no sirvió para lo que dijiste, tus enemigos entraron sin tocar la muralla. ¿Aprendiste la lección? Sí, así es, manejaste el poder que ostentabas para proteger tus privilegios con la fatiga del lomo ajeno, la muralla no era para los tuyos sino para ti. Pero esa no es la lección que deseamos enseñarte.
Con la ciudad en la montaña dijiste que era por tu fe hacia nosotros, te dijimos que el despotismo y el orgullo carcomían tu corazón. Igual, llevaste tu imaginación al límite y perfeccionaste la técnica como pocos. Mentecato, terminaste quemando la ciudad ante la inminente invasión. ¿Aprendiste la lección? Sí, así es, la fe ciega que sembraste entre tus súbditos solo te dio confort y el título de "sagrado"; la ciudad fue para ti no para nosotros. Pero esa no es la lección que deseamos enseñarte.
Te decimos ahora y te aclaramos, he aquí la lección: no importa el porqué lo hiciste, ni el cómo, ni el para qué, ni el qué significa, simplemente la magnitud de lo que hiciste equivale a la monumentalidad de la metáfora. Escucha, sé consciente, porque hoy heredas de nosotros tus padres la metáfora y no el monumento: la muralla sigue allí para que te des cuenta que el miedo incontrolado construye escudos efímeros como las nubes cuando enfrentan al viento. La ciudad en la montaña sigue allí para que te des cuenta que la fe en cualquier piedra es la misma que la concentrada en una ciudad finamente tallada.
Linda la foto y la reflexión
ResponderBorrar¡Grande Ricardo! Siga con el lente agudo y ocurrente...
BorrarMil abrazos.
¡Grande Ricardo! Siga con el lente agudo y ocurrente...
BorrarMil abrazos.