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Mostrando las entradas de abril, 2023

Una Epifanía de la ayahuasca en el hospital

Reporte de cómo la ayahuasca puede generar malos entendidos y, también, suscitar esperanzas Estoy aquí, en el hospital Regional del Cusco, apoyando al muchacho Luis, un wachiperi de Shintuya. Me siento agotado. El majadero pidió alta voluntaria, pero su mamá, Gloria, aquí a mi lado, no quiere firmar los papeles. Bueno, con tanto lío me dio sed y fui a la tienda de Juvenal, el casero, por unos refrescos. Juve, medio ebrio, sentado en su silla de ruedas, me dice gagueando:  —Oooye ¿Tú cono, conoces a un nativo, pero así, bi, bi, bien nativo? —¿Cómo bien nativo? —Ooo sea, un na, na, nativo de verdad pues, uno de allá, de adentro, uno de, de, de verdad. —Sí, conozco a varios ¿Por qué? —Mi pa, pa, pariente está aquí, en el hospital, inter, internada. Ha tomado ayahuasca y ha empezado a ver cosas, ya no reconoce a su marido, ya no ha regresado dice, está ida… quie, quie, quiero que me avises si conoces a un na, na, nativo de verdad para que le llame su alma.  Conociendo a Juvenal, mejor me h

La simbiosis. Un cuento de la selva

Comentario al libro de Víctor Alfredo Silva Alva (2022), Trazos Editores La historia trata de un experimentado hombre de selva que, al adentrarse en la profundidad del bosque, sufre una metamorfosis kafkiana. El personaje, siendo él, pero en otra envoltura, logra comprender, tras varias circunstancias, que todos los seres del bosque dependen unos de otros para subsistir. Por la composición literaria y las ilustraciones, el libro está dirigido a la juventud urbana, aquella que tiene un conocimiento básico del bosque amazónico, pero que está dispuesta a digerir un discurso ecologista. Sin embargo, el texto también es propicio para el público adulto, especialmente para los/as ingenieros/as de las ciencias naturales, quienes, por lo general, tratan a la Amazonía como un manojo de recursos aprovechables en vez de apreciarla como una entidad amalgamada por comunidades de simbiontes. “La simbiosis”, es un cuento que habla del cuidado del medioambiente, de la interrelación entre animales y pla

Flor de Amasisa

Comentario al libro de Julio César Linares Nava (2015/2019), de Ediciones Renaco Esta obra contiene 15 cuentos sazonados con las vivencias e investigaciones del autor. Mis favoritos son: Un regalo para Orlando , Historia del viejo Lleguito que venció a la muerte , Un hombre como cualquier otro y El paseo . Veamos, brevemente, cada uno. Un regalo para Orlando , es la historia de un joven Kukama-Kukamiria que atraviesa varias dificultades para convertirse en profesor bilingüe. El cuento es sobre la perseverancia, la identidad, la lealtad, las ansias de progreso y la felicidad. Van mis frases favoritas: “Increíble buscar en el ámbito legal lo que en la naturaleza humana y territorial se evidencia. ¿Cómo puede un kukamakukamiria exigir que se le reconozca como tal si su nombre, sus apellidos, su rostro, su pensamiento, su materia y su espíritu son autóctonos?”. “[…] quisiera verte cultivado (sic) la tierra, sí, pero también cultivando la ciencia”.  La Historia del viejo Lleguito… , trata

La muerte del yatmandú

Comentario al cuento de Luis Salazar Orsi (1993/2023), publicado por la Casa de la Literatura Peruana Alerta de spoiler: antes de leer este comentario, sugiero que leas el cuento, es corto y está disponible en: https://bit.ly/3KGR6Ut  … ¿Quién es el yatmandú? ¿Qué es el yatmandú? Para empezar, la palabra fue inventada por el autor y no tiene relación con ninguna cultura indígena amazónica. Es más, yatmandú se parece a Katmandú, la capital de Nepal ( https://fb.watch/jWUZV5LFsF/ , minuto 28:26). Pienso que Salazar inventó un nombre, nada relacionado a la Amazonía, para recrear, con total libertad, un personaje infame. Así, nadie se vería aludido.  Entonces ¿Quién es el yatmandú o qué es el yatmandú? En el relato, es un ser o una entidad amorfa (o tiene una forma desconocida). César Chujutalli, el artista que ilustró el cuento, le dio un aspecto ambiguo y esencialmente oscuro. Sin embargo, el yatmandú se comunica con un lenguaje coloquial. Se dirige a los demás como si fuera un amigo de

La niña de la Cueva

Comentario al libro de Julio César Linares Nava. Ediciones Renaco (2017/2022) De los 14 cuentos que tiene el libro (todos ambientados en Yurimagüas, Loreto, Perú), destaca, por su mensaje y estructura, El árbol que llora . Trata del típico comerciante andino que llega a la Amazonía creyendo que los recursos del bosque están a la disposición de sus ambiciones. También hay otros cuentos de interés, pero con cierto reparo: El lirio florecido, Fundo Patricia, Tú tantas veces…yo, La casa de los perritos, El cuadro, Don Ramón, El loco Alfredo y El lago Maricahua .  Debo confesar que estuve contrariado al terminar el libro. Por mi cabeza pasaron muchas ideas que, finalmente, me condujeron a redefinir el canon que yo tenía sobre el cuento clásico. Por un lado, la mayoría de los cuentos me parecieron escenas sobrepuestas tratando de acomodarse en una historia orgánica, pero sin lograrlo. Así también, algunos cuentos cierran abruptamente y otros no terminan de cuajar en algo sólido y atractivo o

Los guerrilleros de la psicodelia

A Hugo Bonet Rodríguez,  un revolucionario cabal,  esta recreación libre y amorosa. Tres jóvenes guerrilleros están listos para su primera misión en Cusco. Fueron entrenados en Cuba y defendieron Playa Girón. Hasta el Che Guevara les dio una palmadita de ánimo. Están listos, los tres, para las armas y la revolución. Desde otra cuenca, un grupo de músicos ecuatorianos confluyen en el Cusco. Traen trova y protesta, letra e insurgencia. Más que tira balas, son medio hippies. Músicos y guerrilleros se juntan. Beben, cantan, fraternizan y comparten la ideología. Están, por así decirlo, en el mismo cauce, aunque cada uno tiene distinto caudal. Las copas van y vienen, la confianza se consolida y la amistad se argumenta. La conversación aterriza en el asunto de las drogas, en la marihuana y el LSD. Entre debates y forcejeos de valentía, los tres guerrilleros, Leoncio, Pedro y Javier, deciden probar la moda psicodélica. … Los tres guerrilleros se retiran de la reunión. Caminan por las calles de

El día que conocí a Dios

Para "chatá Raya", de Serjali,  el kuraka fundador que ayer, cinco de abril de 2023,  retornó, permanentemente, a su forma divina. Siempre he creído que la presencia de Dios es omnipresente, es decir, que está en todos y en todo, aunque en la práctica, cuando veo a alguien conocido o desconocido, la verdad es que difícilmente veo a Dios. Algunas personas no me inspiran presencia divina.  Cuando yo era más niño (no cuando era niño), le cuestionaba a mi padre “¿Y dónde está Dios, papá?”, porque él decía que Dios estaba en todo y en todos. Entonces, yo miraba a todos y a todo, pero no encontraba al Señor Dios. Yo quería verlo en vivo y en directo. Bueno, hoy tuve el placer de conocerlo, sinceramente. No es que se haya revelado a propósito ni que yo lo buscase, simplemente, cuando esta persona me miró, supe que era Él.  Por alguna razón, el encuentro tuvo que pasar aquí, en Serjali. Y es aquí, junto a Dios, que escribo estas líneas.  Dios es un viejito vetusto. Tiene el pelo larg

Los ojos del Universo

Hoy es 24, viernes 24 de marzo de 2023. Estoy en la ciudad del Cusco, Perú. Como ya sabes, parte de mi trabajo es atender a pacientes indígenas amazónicos que llegan a los hospitales citadinos. Pero no son indígenas regulares. Se trata de gente que vive en las cabeceras de las cuencas, en zonas alejadas, de difícil acceso. Son espacios protegidos por el Estado. La gente de estos lares vive casi exclusivamente de los alimentos que le provee el bosque y el río amazónico. No hablan castellano, solo su idioma, una variedad del matsigenka. Hace un mes llegó una de esas pacientes al Cusco. Es una joven de 18 años que le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré (SGB), que, según el Dr. Google, es un trastorno del sistema inmunitario que daña las neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis. Ella es Ana. La paciente ingresó al hospital y encargué a Vilmanuel, mi compañero de trabajo, para que la visitara interdiario. Olvidé comentarte que Ana vino acompañada de su hermana mayor,