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Mostrando las entradas de febrero, 2023

El ciclo del eterno emperador

Reseña del libro de Laura Gallego (2021) La novela, del género fantasía, trata de la intrincada vida de dos jóvenes, Kelan y Vinta, quienes están asociados a un emperador que se reencarna cada tanto y que gobierna, bajo poderes especiales, Akidavia, su imperio.  Cuando abrí el libro, lo primero que encontré fue un sugerente mapa de Akidavia, con 21 provincias que tenían nombres de virtudes: Armonía, Lealtad, Integridad, Gratitud, etc. También noté que los territorios no conquistados aparecían como “tierras incivilizadas”. Aluciné un rato pensando en cómo las provincias habrían adquirido su virtuoso nombre y, tal vez, en cómo las tierras incivilizadas habrían ganado su propia virtud al ser anexadas al imperio. (¿Te imaginas que nuestra categoría de civilización sea medida por un índice de la virtud y no por el orden y el progreso técnico-económico? ¡Seríamos la civilización de las virtudes!) Al darme cuenta de que la historia iba por otro lado, no me desalenté y seguí. Aunque estuve a p

No soy indio, pero me he indianizado

Indianización = proceso sociocultural por el que una persona, fuera de la parcela indígena, paulatinamente adopta, recrea y manifiesta el pensar, decir y hacer indígena, sea en parte o en la totalidad de su comportamiento. La indianización es el resultado de una convivencia consecuente y sincera, más no una interrelación esporádica o contractual. Indianizarse quiere decir maridar con las ideas, los preceptos, las costumbres y los quehaceres indígenas. De mestizo a indio, pero no de indio a mestizo Es más fácil que una persona blanca o mestiza se convierta en indio (o lo imite), a que un indio se suponga mestizo o blanco o extranjero. Sería una cuestión de poder el aventajarse como indígena no siéndolo y estando en una posición privilegiada. O sea que, es fácil para un influencer o un artista reconocido o quien sea que venga de las élites sociales acercarse al mundo indígena (¡Está de moda!). Pero, no es fácil ni aceptado que un indígena deje la cushma y su idioma por unos pantalones je

Mitos y leyendas shipibas

Comentario al libro de Francisco Odicio Román (1969/2016). El año 1969, Odicio publicó la primera edición de este libro. Claramente, estamos frente a un clásico. El enfoque literario del autor responde a su época: él, desde su posición de patrón y periodista, describe lo que ve y oye con una elegancia ya en desuso. Él hace de narrador principal, aunque a veces incluye descripciones previas de los personajes y del entorno natural (sabe contextualizar la historia, algo que denota experiencia). También incluye diálogos, frases y canciones de sus interlocutores. Por momentos, dejándose llevar por la alocución shipiba, escribe en castellano regional, sin embargo, en otras circunstancias, se aleja y juzga a los Shipibo como bárbaros e incivilizados. Parece que, por instantes, su vida está plenamente engarzada en los preceptos indígenas, pero, cuando tiene que hablarle a la "civilización", se aleja y retoma su posición social de origen. Me da la impresión de que Odicio, en su andar

Cocaína en tejido amazónico

Opinión La Policía Nacional del Perú, en su Twitter, reporta que decomisó "droga impregnada en un cuadro de tela bordada con características amazónicas". El hecho sucedió hace tres días en el aeropuerto de Lima.  El diario ímpetu de Pucallpa, en su edición del 20 de febrero, dice que la tela estaba bordada con diseños Shipibos. Si es así, el narcotráfico acaba de profanar el diseño Kené, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2008.  Más allá de las críticas que recibe la Policía Nacional en el chat de Twitter ("claro, eso sí encuentran, mas no las toneladas que pasan por sus "narices"), el suceso me hace pensar en la vertiginosa fama que tienen los diseños Kené, mal aprovechada por el narcotráfico. Desde luego, el narco no respeta nada, mucho menos la cultura, porque, lógicamente, su afán es... llenarse los bolsillos a costa de cualquier medio. Parece una táctica de fines, más que de medios. A propósito, ¿cuántas de esas tácticas, en su versión económica

El libro sagrado de los sharanahuas

Comentario al libro de Karen Abregú Esteban (2019) Conozco de cerca a los sharanahua, pero no a los del Purús, como es el caso de la autora, sino a los del río Mishagua. Y aunque llevo tiempo con ellos, nunca había escuchado las historias de este libro. Será porque mi relación con los shara es de otro tipo, ya que, evidentemente, se requiere un grado de confianza para obtener estos saberes. La autora, ha logrado tener ese privilegio. Otro mérito del libro son las historias en sí. Se trata de relatos de origen y de procesos históricos que dieron forma a la humanidad sharanahua que, intrínsecamente, está ligada o procede de otras humanidades (los otros seres con quienes interactúa y convive). Precisamente, las grandes lecciones de este libro son los quiebres y sutilezas del pensamiento y la lógica sharanahua, últimas que se construyen a través de recursos comparativos, metafóricos, simbólicos, analógicos y disruptivos que, para nosotros, pueden sonar contradictorios, inexplicables, ilógi

El cadáver muerto y otras ocurrencias

Comentario al libro de Welmer Cárdenas Díaz (2016) Un grupo de patas se reúne en un bar para departir, entre chelas, las anécdotas más divertidas de su quehacer periodístico.  He reído a gusto con los dislates, ocurrencias y peripecias de las personas aludidas.  Este libro, aunque tiene el formato de un anecdotario, es útil para saber, al puro estilo pucallpino, qué no decir y cómo salir del apuro verbal. Pero, más allá de los errores del habla, intencionados, casuales o achacados, me alegra saber que la creatividad y el vacilón del poblador amazónico siguen orillando a la muy mentada pulcritud del castellano. ¡Salud compas con una San Fan bien helena y que las ocurrencias sigan ocurriendo! (Hay un par de anécdotas que involucran al escritor Roger Rumrril, buenazas, ja, ja, ja).

Los mil ojos de la Ayahuasca

Comentario al libro de Welmer Cárdenas Díaz (2022). La novela narra la experiencia de dos personajes: Julián Ahuanari, un estibador portuario, y Agucho Rivas, un maestro ayahuasquero. Aunque ambos son como dos ríos de aguas distantes, la geografía de la vida los termina por juntar en un recodo de Pucallpa. Si bien resalto las historias personales de Julián y Agucho, comunes a la mayor parte de la gente de la baja Amazonía, la novela habla muy poco sobre esa metáfora sugerente que plantea el título: “los mil ojos de la ayahuasca”. Tuve la equivocada impresión de encontrar una historia que desarrolle a profundidad este enunciado. 

La vida no es útil

Reseña del libro de Ailton Krenak (2023) El libro ofrece una crítica mordaz al capitalismo y a su lógica desde una perspectiva indígena. Las palabras de Krenak son de una profundidad filosófica, de una ironía punzante y de unas analogías reveladoras, que han removido mis sesos. He recibido un sopapo discursivo claro, puntual y revelador. El libro habla de la vida, el dinero, la economía, la madre naturaleza, los sueños, la tecnología, la modernidad, la muerte, el aislamiento pandémico, el desarrollo sostenible (una mentira, según él), la humanidad de los androides (los "locos tecnología") y la humanidad de los sub-humanos (los excluidos). La finalidad sideral es cuestionar y desbaratar nuestro sistema de vida consumista y destructivo. Krenak, acuña términos como las "constelaciones colectivas" (los seres con quienes interactuamos), "el terrorismo de la modernidad" (la violencia capitalista), "la necropolítica" (la política de la muerte) y la &quo

Tres anécdotas a la memoria del padre Santiago Echevarría Echarri, O.P.

Mientras apoyamos un caso de salud de una matsigenka del Alto Timpía, recibo la noticia de la sensible partida del padre Santiago. No es una coincidencia. Estamos honrando su legado, que es una combinación de compromiso, afecto, lucidez y buen humor. Al respecto, tres anécdotas. Yo estaba alojado en la Misión de Kirigueti por unos días, cuando, de repente, el padre encargado me dice que se va debido a una urgencia. Dada la situación, me quedo como responsable hasta que llegue otro padre. Me entusiasmé, aunque, la verdad, en la Misión no éramos más que la cocinera y yo. De inmediato, me trasladé al despacho y esperé la acción. Ni una mosca. Salí al porche para que alguien note mi presencia, a parte de los mosquitos. Resultó. Vino una señora trayendo pescado. Quería venderlos a la Misión y preguntaba por el padre. Le dije, con el pecho erguido, que yo estaba a cargo y que le compraba todos los pescados (ni siquiera consulté a la cocinera). Cerramos el trato y me senté a esperar el siguie

La paranoia comunista y la protesta indígena

Opinión sobre el tema Exageramos al decir que la actual protesta indígena es un preámbulo comunista. No azucemos. Tranquilidad, porque el Perú ha sido, por tradición, un país gobernado con mano derecha, exceptuando, claro, el corto gobierno militar de Velasco y, tal vez, el primer gobierno de García. Y si por casualidad hemos elegido algún presidente rosadito —ni siquiera rojo—, entonces un poder más grande se encarga de cambiarle de color (caso Humala) o de sacarlo (caso Castillo). Así que no debes preocuparte, porque el Perú tiene una larga —y a veces impositiva— tradición liberal. Entonces, la protesta indígena ¿Es un levante subversivo? ¿Es el preámbulo para el comunismo? No, no, no, mesura por favor. Las gentes no están solicitando la instauración de un Estado Bolivariano ni mucho menos, sino que exigen el respeto por sus decisiones democráticas ejercidas en el voto y la limpieza moral de la clase política. Piden, además, justicia para las víctimas fatales de la protesta y la renu

Apoya o jódete

Opinión sobre el método de la protesta indígena La protesta campesina, en su fase “cerremos la carretera”, es la continuidad de una tradición histórica de lucha. El método es tan arraigado, que incluso fue utilizado por algunas comunidades durante la pandemia Covid-19 para evitar el contagio. Pero también, el método refleja la continuidad de la lógica y el discernimiento quechua-indígena. Explicaré esto en contraste.  Para nosotros, que no somos indígenas, cerrar la carretera es un acto intransigente, impositivo y asfixiante. En contraste, para la gente indígena, es la respuesta natural ante la intransigencia del Estado. Cerrar la carretera, no solo es hacer fuerza colectiva para condicionar al gobierno y a quienes utilizamos la vía, es, también, una forma de obligarte a participar de la protesta. Es un llamado impositivo a la lucha común; es un guiño que te dice “hemos cerrado esto para que te unas a la causa”. Lo diré más claro: es la obligatoriedad comunitaria indígena que espera es

Con las comunidades andinas del Ausangate

Reseña del libro de José María García García, S.J., más conocido como “el padre Chema” (2006, 2da edición) A veces creo que la antropología es tan rígida. Siempre parte de sus teorías y metodologías para entender a la gente. Por ejemplo, un antropólogo en campo, por más tiempo que se quede en el lugar, siempre observará desde fuera, desde su academicismo. Lo mismo podríamos decir de un cura, que mirará a la gente desde la verdad de su teología. Pero el caso de García es distinto, ya que tiene dos ventajas que la antropología carece: el acompañamiento y el humanismo con que se teje una relación. Como antropólogo, trato de comprender el comportamiento de la gente del bosque y del río amazónico a la luz de las teorías y del trabajo de campo esporádico. En cambio, el padre García, como otros sacerdotes o misioneros en la selva, acompañan permanentemente a las comunidades indígenas y, por momentos, también se ven obligados a rebasar su visión teológica por una necesidad humanista.  Siendo a

Si me ves pasar

Poema Si me ves pasar... Con mi piedra en la mano,  con las venas explotando,  con el cupo cobrado,  con las rejas violentadas,  con las calles quemadas y con el peso de mi culpa... Si me ves pasar... Con mi compadre policía,  con mi comadre huaraca,  con mi choche de botas-galones,  con mi paisana presidenta y con el Ejecutivo ejecutador... Si me ves pasar... Con el estómago sin gasolina,  con las tripas sin gas,  con la garganta gastada,  con los ojos lacrimosos y con la desesperación encima... Entonces, paisano, compatriota, compadre, camarada, compañero,  te pido,  por favor,  que no me tires tus balas-palabras,  solo deténme, deténme, deténme con la fuerza de tu abrazo,  porque estoy cansado, rabioso y frustrado de ver tanta sangre y nada, y nada, y nada.