Opinión sobre el método de la protesta indígena
La protesta campesina, en su fase “cerremos la carretera”, es la continuidad de una tradición histórica de lucha. El método es tan arraigado, que incluso fue utilizado por algunas comunidades durante la pandemia Covid-19 para evitar el contagio. Pero también, el método refleja la continuidad de la lógica y el discernimiento quechua-indígena. Explicaré esto en contraste.
Para nosotros, que no somos indígenas, cerrar la carretera es un acto intransigente, impositivo y asfixiante. En contraste, para la gente indígena, es la respuesta natural ante la intransigencia del Estado. Cerrar la carretera, no solo es hacer fuerza colectiva para condicionar al gobierno y a quienes utilizamos la vía, es, también, una forma de obligarte a participar de la protesta. Es un llamado impositivo a la lucha común; es un guiño que te dice “hemos cerrado esto para que te unas a la causa”. Lo diré más claro: es la obligatoriedad comunitaria indígena que espera esparcirse, también obligatoriamente, a otros sectores sociales. Podría resumirlo en una frase: “apoya o jódete".
Yo me uno a la protesta. Asisto al llamado indígena. Pero desde mis fueros, a mi manera, porque no estoy de acuerdo con eso de cerrar las carreteras. Como vez, no se trata de compartir los métodos, sino los propósitos. Tal vez por eso, mi consejo más importante sea este: empieza a entender y asimilar la lógica indígena y sus métodos, porque serán ellos, y no el comunismo, quienes tarde o temprano gobiernen el Perú.
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