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Mostrando las entradas de enero, 2023

"Ese indio de ...erda"

Réclame dirigido a quienes les gusta insultar al indígena Me dirijo a dos tipos de paisanos/as cusqueñenzis. El primer tipo, procede del sector rural, pero nació en cuna gamonal; es decir, bebió racismo de la teta de la madre y de la prepotencia de su padre. El segundo tipo, nació en cuna de paja y recibió el racismo de forma permanente y sistemática, en la leche, en la infancia y en el cuerpo, pero migró a la ciudad para levantar su moral con una profesión. La descendencia de los primeros y el logro de los segundos, arrastra el racismo y la discriminación. Creen que hacen un bien a la humanidad cuando corrigen al indígena tratando de ”civilizarlo”, o cuando se distancian de él cuando le insultan, le ligan las trompas o le balean. Nadie quiere ser un nadies.  Creen que construyen “Perú” cuando les llevan chocolatada o les tiran pan en el camino o les regalan ropa usada. Creen que es correcto llamarlos “hijito”, “hijita”, “mamita”, “papacito” o “ignorante”, “inocente”, “manipulable” y,

Las amas de casa también financian la protesta

Reflexión sobre quiénes financian las protestas indígenas Antes que el verbo feminista y antipatriarcal me haga bulling, aclararé a qué me refiero con "ama de casa": es la persona dueña de casa, es la que administra el hogar, es la que define qué se compra y qué no se compra para la despensa y el refrigerador. Es la que adquiere, almacena y distribuye el alimento en casa. Es una persona experta en los menesteres del hogar y, desde luego, en otros menesteres fuera de él. Hoy en día, la "ama de casa" es la jefa/e del hogar, pero también es jefa/e de su vida y de su cuerpo/a. Su compañerex, si lo/a tiene, es su complemento o su antítesis.  Mi señora es mi jefa (la gente que me conoce asentirá convencida). El otro día me dijo, en plan queja, que el kilo de tomates había subido a siete y 10 soles, y que el gas estaba en 70-100 soles. Para ella, el precio era un escándalo. La razón: el desabastecimiento de alimentos debido a que los/as protestantes bloquean las carreteras

El racismo y la responsabilidad de la antropología

Opinión “¡Cállate! ¡Cállate! ¡Te estoy diciendo que te calles!” Muchas personas dicen "¡Cállate!" cuando la gente indígena levanta la voz. Es el grito de la dueña de casa a su empleada, es el malestar del burócrata hacia el analfabeto, es la censura del médico hacia la india enferma, es el desfogue del boletero hacia la gente ojota y, en estos días, es la orden de la mujer terna hacia la anciana campesina.  La imagen de la suboficial de la policía en San Marcos, arrastrando con sus frases la dignidad indígena, difícilmente se borrará de mi cabeza. Lo que está sucediendo, en parte, es responsabilidad de la antropología. Yo la acuso. Mi carrera ha fallado en proponer una convivencia intercultural. Ha fallado como ciencia, porque no sabe llegar a la gente de a pie. Cuando digo que soy antropólogo, las personas se ríen y creen que estudio huesos y ruinas. Seguidamente, ya un poco serias, me preguntan si tal cerámica es inca o preinca. Otras veces, en automático, me etiquetan de r

Resentido social

Reflexión sobre la protesta indígena y el resentimiento Estoy de acuerdo con la protesta (con su cauce pacífico). Sí, también estoy indignado y por momentos molesto --más que todo atravesado-- por la violencia, los muertos, los heridos, los detenidos. Pero mi rabia no desembocará en la vida de otro, eso no. Mi daga no tiene filo, es de utilería, solo tiene brillo.  No tengo resentimientos, a todos los vomité en su momento. Rezagos, talvez haya, pero nada consistente como para asaltarte con odio. Así es, porque yo te entiendo, te entiendo, y te respeto y te quiero, aunque me calles y me vuelvas a callar con tu ropa de civil y tono militar. Así que lo mío no es resentimiento, pero protesto. Lo mío no es violencia, pero protesto. Lo mío no es vandalismo, pero protesto. Lo mío no es terrorismo, pero protesto. Lo mío no es comunismo, pero protesto. Sí, y protesto sin el polito blanco manchado de sangre (¡sin la bandera!). Protesto por una paz sin balas, protesto por la mujer de ojotas coraj

La limpieza face y las dimensiones de la amistad

Varias amistades, debido a la coyuntura, anuncian que están "limpiando su face" de personas que hacen comentarios polarizados o intransigentes. La justificación es la "paz mental", mientras que el objetivo es "contigo sí y contigo no" (la limpieza face me recuerda una limpieza racial o de clase, no sé por qué).  He dicho en algún momento que construir un gueto face, por más rico que sea recibir likes y comentarios lambiscones, es rechazar la convivencia; es huir del diálogo.  Como fuera, la dimensión de la amistad --y de la familia-- va mucho más allá de la posición política. Un amigo puede opinar cosa contraria a la tuya, pero a la hora de la hora (cuando las papas queman) compartirá afectos, solidaridades, anécdotas y virtudes. Eso es amistad. Entonces ¿Vale la pena reducir una amistad a una opinión contraria a la tuya? (Si es así, creo que estamos siendo un poco engreiditos/as).  No le puedes pedir a un amigo/a fidelidad de ideas, aunque sí lealtad en a

La pregunta de Facebook

"¿Qué estás pensando, Donaldo?" Me pregunta Facebook. ¡Qué te importa! --me dan ganas de decirle--. Pero si insistes, te lo diré: eres un papel en blanco para el terrorista de la letra. Eres un hipócrita, porque incitas a que los pensamientos salgan sin filtro y luego impones tus "reglas comunitarias". Nos tratas como cavernícolas, escribiendo lo que pensamos sin la más mínima consideración (en vez de teclado tenemos macana). Tu negocio es la desidia del pensamiento, el chisme azuzador y la grosería abreviada ("crjo, mda, ctm"). Tu publicidad explota cuando hay guerra, violencia y protesta, como en el Perú. Mientras tú facturas, nosotros nos sacamos los ojos, y los sesos, y las vísceras. Tu negocio invoca a la muerte ("que se muera, metan bala, asesina"). Yo no quiero tu like ni el de nadies, yo solo quiero un abrazo, digo, quiero darle un abrazo a la señora D y a Otárola, y decirles, face to face, con lágrimas, que paren, que ya está, que es suf

La mujer huaraca

Reflexión sobre las mujeres combate Imagen sugerente, sororista, feminista; la guerrera, la Chañan Cori Coca, la Micaela, la Mariscala, la valiente y la de armas tomar. Su imagen crece, por cuanto su valentía es desproporcional: contra un helicótero o la policía. Detrás de ella el colectivo, la razón indígena, el talante campesino... Talvez amerita un busto en en el Óvalo de Pachakuteq (en vez del Inca menso que abraza el Cusco). Sí, amerita, siempre y cuando creamos que la apología a la violencia es un valor que debemos cultivar. Esto no es resistencia, ni reminiscencia de la mujer andina guerrera; tampoco es una metáfora culturalista. Esto, señores y señoras, es violencia. Y no solo lo digo por la mujer que lanza la primera piedra, sino también por los sujetos del frente, los que lanzan la primera bala.  Esta imagen es la representación de la furia, la angustia, la frustración, la desesperación, el resentimiento y la conmoción, que es distinto a la convicción, la fortaleza, la firmez

La protesta y el gueto-face

En los últimos cuatro días, debido a las protestas en el sur del Perú, estuve eliminando amigos y amigas de mi face como loco (incluso quise eliminar familiares...), porque simple y llanamente no comulgaba con sus post algo fachos. Estaba cercando mi zona de confort, mi círculo de alabanzas y likes incondicionales. O sea que estaba construyendo mi propio gueto en el mero Face. Mal, muy mal, porque también la relamida del amigo/a no ayuda en nada, solo te satisface (¡Qué rica droga!). Pero la principal razón es que estaba huyendo del diálogo, del argumento, de la antítesis, de la discusión, de la convivencia, de la interculturalidad, de la interexperiencia... Estaba huyendo del consenso, de la conclusión cedida. Estaba huyendo de la paz. "¡Que hay mucho troll! ¡Que pa qué discutes con el que tiene su televisor más grande que su biblioteca!" Dirás tú. Pues no, manan, error. "¡Que mucho tóxico/a! ¡Que hay que cuidar la pulcritud del muro!". Pasa que algún cursillo bara

El discernimiento indígena y la protesta

Mientras hallpo mis hojitas de coca, me pregunto ¿En qué se basa la lógica indígena? ¿Por qué algunex no la entienden o la repliegan al plano de la ignorancia? CASTILLO PRESIDENTE.- Nunca leí su plan de gobierno ni busqué su CV o me fijé en su experiencia pública, pero voté por él. Me atrapó su forma de hablar en el debate presidencial, su sombrero chotano, su facha de profesor de escuelita rural, su rango de rondero, su mote campesino, su corazón insolente e inocente a la vez. Su discurso no lo recuerdo, en absoluto. LÓGICA EMPÁTICA.- Estos son los criterios de la gente que no lee periódicos, ni ve noticieros ni averigua en google. Son criterios empáticos más que racionalistas-colonialistas-republicanos. Dado que se basan en sentimientos (y en proyecciones y anhelos), el proceso de discernimiento es una construcción colectiva: las ideas (de sí mismos, del profesor sindicalista, del padre y pastor cristiano, del ingeniero desarrollista, del abogado legalista y de la ONG socialista) se

Diálogo en plena protesta

Un diálogo sentido entre padre e hija --¡Papi, papi, ahí vienen los protestantes! --No te preocupes hijita, que también somos adventistas.  --Eso no rima, papi. --Sí que no, pero es gracioso. --Ya, pero dame una que rime. --Bueno, dale, incita, provoca... --¡Papi, papi, allí están los delincuentes! --Hijita, con esos ni cuentes. --¡Papi, papi, allí están los vándalos! --Ay hijita, a esos les pagan algunos zánganos. --¡Papi, papi, alguien hizo un piquete! --Hijita, ese nunca tuvo un juguete. --¡Papi, papi, allí están los terrucos! --No hijita, así los llaman los pitucos.  --¡Papi, papi, allí vienen los de turismo! --No les hagas caso hijita, ellos solo saben de cinismo. --¡Papi, papi, allí viene una ambulancia! --Ese carro cuesta más que la vida, dice la ignorancia. --¡Papi, papi, allí viene la policía! --Lo siento hijita, nada rima con la C.I.A. --¡Papi, papi, allí viene el ataúd del dirigente Candia! --Sí hijita, nuestra bandera cada día es más rancia.  --¡Papi, papi, allí vienen los

Momentos violentos y explicaciones claras

Reflexión y tiradera Estoy en contra de la violencia, de donde venga. Soy medio gandhiano (solo medio, no completamente). Así que miro los sucesos desde mi escritorio, desde mi laptop. Sin embargo, quiero opinar, ya que el Face es propicio para las tiraderas.  TERRUQUEO.- Es la forma más insana para justificar una matanza. La muerte de unos es la consolidación de los privilegios de otros. ¿Dónde te ubicas? JULIACA.- Las personas asesinadas no son números (como en la lista del colegio o en las camas de los hospitales). Cada muerte violenta pudre un rinconcito de nuestros corazones. Se siente, se llora. DESMANES.- Son intencionados, planificados, programados y poco espontáneos (no son por necesidad). O sea que es gente que siembra el terror y arma la fórmula de la muerte: propiedad violentada + vándalos = matanza segura.  RESPONSABLES.- Unos dirán Dina y su premier. No, no, no. Ella no gobierna las armas ni las balas ni las intenciones de quienes disparan. Las balas vienen del fascismo m

La Ayahuasca y la reciprocidad del "vampiro blanco"

Narby (2019), en su artículo “Confessions of a White Vampire”, considera que el "hombre blanco" ha llegado a la Amazonía para saquear y extraer, sin dejar nada a cambio. Es como un pishtaco, un personaje similar al vampiro, que chupa y chupa y nada más. Esta elocuente metáfora también se aplica a los "gringos" que buscan experiencias chamánicas. Ellos no solo prueban las plantas sagradas, sino que también "toman nota" y replican lo aprendido en sus propios países; es decir, dan Ayahuasca sin retribuir concreta y justamente a quienes les enseñaron. Coincido con Narby en que mucha gente se interna en la Amazonía para buscar el oro fácil, el Paititi, y aunque la metáfora del "vampiro blanco" es ejemplar, no estoy de acuerdo con eso de la ausencia de reciprocidad.  Vampiritos y el Papá Vampiro Todos conocen esta imagen: un tipo con dientes largos que se dedica a extraer sangre a diestra y siniestra. Es el vampiro que, en la alta Amazonía, sería el pi

Apodos y nombres. Reporte personal

Todo comenzó ayer, cuando me encontré con una amiga que perdí de vista en la niñez. Ella me saludó diciendo “hola Negrito”. Es el primer apodo que recuerdo. Su historia es la siguiente: cuando nací, mi hermano mayor se acercó a verme y dijo admirado “ay qué nego”. Desde entonces, la familia me dice Negro o Negrito. Alguien agregó “Negro kusillo”, por la permanente mueca-sonrisa de mi rostro; y por las travesuras.  En el colegio, cuando los nuevos amigos preguntaban mi nombre, decían inmediatamente “ah, Pato”, en referencia al pato Donald, el personaje de Disney. Desde entonces, algunos de la infancia, e incluso de la universidad, me llaman Pato o sus variantes Patito, Patucha, Patin.  Cuando me fui a estudiar a Lima, alguien me dijo Shaggy, en alusión al compañero flaco e inseguro de Scooby Doo, el dibujo animado. Nunca me identifiqué con ese apodo ni con el adolescente Donaldo. Luego, en mi fase de padre de familia, nacieron otros nombres cortos, como Dosho o Donal, pero el que más me