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Mostrando las entradas de 2023

Hace ocho días. En memoria de Hugo Bonet Rodríguez

Algo más reposado, aunque sujetando el alma en cada incontrolable suspiro, escribo estas líneas. Hoy, se cumple ocho días de la partida corporal de Hugo Bonet Rodríguez, a quien, en mi trato cotidiano, le decía “Papuchinco”. Para algunos, “El profe” o “El Loco”, fue su maestro, su referente moral, su base ética, su inspiración, su consejero y formador. Para mí fue eso y más; fue mi padre. Y, como tal, lo disfruté en todas sus versiones. La conclusión que saco es que era un hombre genuino. ¿Qué quiere decir eso? Que decía lo que pensaba y que hacía lo que decía. Él, forjó una consecuencia inquebrantable entre el pensar, el decir y el hacer. Muy pocas personas llegan a ese nivel, especialmente las que están metidas en la política. El resultado de esa personalidad genuina, era interpretado como locura, por ello le decían “El Loco Bonet”. Nunca fue un loco, simplemente no tenías el valor para aceptar su verdad, la cual llegaba a ti con la estridencia de un trueno y la revelación de un rayo

La Amazonía y Machupicchu bajo amenaza

El mes de diciembre despierta la devoción de aquellos grupos de poder político que quieren oficializar normas y contratos cuestionables. Saben que la magia de la Navidad de alguna manera adormece la vigilancia ciudadana y agiliza el contubernio político. En estas semanas, el ataque, rápido, silencioso y certero, algo de lo que no es capaz en otro momento la gestión pública, fue dirigido a la Amazonía y a la Llaqta de Machupicchu. El Congreso, atacó a la Amazonía; cambió un procedimiento de la Ley Forestal. Ahora, las propiedades o posesiones no requerirán evaluación técnica para el cambio de uso del suelo, es decir, si tengo mi predio en la selva, lo puedo usar como me venga en gana sin la necesidad de la opinión técnica del Ministerio del Ambiente. Podré poner ganado o agricultura aunque mi terrenito tenga, por ejemplo, aptitud forestal. El otro ataque ha sido dirigido hacia Machupicchu. El Ministerio de Cultura firmó un contrato con la plataforma Joinnus, a quien eligió a dedo para q

Reseña del libro “Árbol de ríos. Historia de la Amazonía”, de John Hemming (2008/2022)

Luego de leer el libro, concluyo que las razas extractivas de la Amazonía imponen sus ideales y procedimientos, todos inhumanos y perniciosamente dirigidos a la gente indígena, sabiendo que fracasarán. Su recurrente frustración –o excesiva ambición– los lleva a ejercer formas de violencia extrema, creyendo que así, finalmente, el éxito podrá ser alcanzado. Pero esto es una ilusión; ya han acabado con todo, con la gente y el ambiente, con las sociedades y los biomas. Se dan cuenta que el entusiasmo extractivo fue en vano. El ansiado progreso y desarrollo nunca llegaron, nunca lograron despegar. Así, las razas extractivas siempre construyen un espiral de violencia que solo asfixia a los pueblos indígenas y a su ambiente.  Por ejemplo, Brasil, como todos los países amazónicos, ha “ganado” la Amazonía a punta de fusil, de migraciones masivas, de imposiciones ganaderas, de redes carrozables, de olas de caucheros, de entusiastas exploradores, de planificadas invasiones y de políticas agresiv

El viento tenía nombre

––¿Por qué me has hecho esto, Arnol? ––Es que me gustas mucho, Laura. ––Pero yo no quería que tú… que tú me tocaras. ––Ya no importa... ya acabé. En cuanto terminó de hablar, Arnoldo subió su calzoncillo hueco hueco y descolorido y su truza de la misma raza que, pegadas como si estuvieran cosidas, habían quedado atrapadas entre sus rodillas. Dio un salto y se puso el polo sucio y ahuecado, agarró su machete y salió de la choza apartando la débil tela que resguardaba la puerta. Estiró ambas manos y bostezó satisfecho. Mientras olfateaba repetidas veces el fresco de la tarde, acomodaba con una mano el ya distendido pene. Caminó un trecho y sus pasos dejaron de escucharse para siempre. Me quedé acostada, llorando, tapada con una manta rasposa e insensible. Al rato tuve que levantarme para sacar la olla del fogón. El caldo rebalsaba, igual que mis lágrimas. Nunca sentí interés por Arnoldo, tampoco le di motivos. Simplemente vino cuando nadie y me tomó.  –//– Ya no puedo disimular mi panza.

Un entierro pobre

Hoy tuve la oportunidad de presenciar cómo es enterrada la gente pobre. Con pobre, me refiero a sin dinero y sin familiares que brinden respaldo. No es un caso extremo, es, digamos, un caso “normal”. Para tener una idea, el caso extremo sucede cuando la persona que fallece es abandonada en la morgue del hospital público. Sin más que hacer, la oficina de Asistencia Social solicita a la Beneficencia Pública una fosa común en algún cementerio para enterrar al occiso u occisa. Finito. Para contrastar, un entierro de personas pudientes, es decir, con el dinero, el respaldo familiar y las influencias sociales suficientes, tiene servicio funerario (embalsamiento, maquillaje, cajón barroco, arreglos florales, velas, escolta, etc.), velorio (bocaditos, despedida, misa, etc.), procesión (de carros, de gente, de músicos, de plañideras, etc.) y entierro en una cripta especialmente acondicionada. Vamos a nuestro caso. La persona, una mujer de cuarenta y algo años, murió de una enfermedad crónica en

Elogio a la Amazonía y a su gente

Mi relación con la gente del bosque y del río amazónico ha sido intermitente y circunstancial. Aún así, fui capaz de disfrutar todos los encuentros. Es posible que ello tenga que ver con la naturaleza de mi trabajo: repartir bienes. (¡Quién no es tratado de lo mejor cuando lleva y entrega cosas!). Sin embargo, el disfrute que experimenté tiene crédito, además, en mi carácter alegre, espontáneo y abierto.   El secreto para disfrutar de la gente del bosque y del río y de su carácter afable, es acercarse y fluir en todo cuanto hacen y piensan; hay que ser parte de. No se vale aparecer, enseñar, corregir, juzgar o dogmatizar. A la selva, y a su gente, hay que conocerla con la intención de aprender. Llevo más de diez años con la gente del bosque y del río y no temo idealizarla. Inapropiado sería no hacerlo, o hacerlo sin conocerla. Yo me he indianizado, no por moda, sino porque es el único camino que nos queda para salvar este planeta. Mi experiencia con la gente de la Amazonía está precedi

¿Las grandes fiestas indígenas son excesos?

Comentario al artículo “El Kamari ista de Canelos: función y significado del gran ritual amazónico” de Cabrero, F., & Tello, W. Y. (2023), publicado en la revista Anthropologica, 41 (50), 88–118. https://doi.org/10.18800/anthropologica.202301.004   Mientras leía el artículo, con emoción, ya que trataba de una fiesta del compartir o del banquete abundante ( Kamari ista ), me llamó la atención el uso de algunas palabras que los autores eligieron para calificar el evento: “festines pantagruélicos” (cantidad excesiva de comida), “reflejos orgiásticos” (sexo sin moderación donde se consume alcohol y otros estimulantes), “desmesura” (desarreglo, desorden, exceso), “gasto suntuario” (gasto lujoso), “frenesí orgásmico” (más sexo y libaciones sin moderación) y “desgaste hasta el agotamiento”. Pero las siguientes frases, con las que inicia y termina el acápite de las conclusiones, sí que me atribularon: “El Kamari ista es uno de los rituales más antiguos y desmesurados de la Amazonía y de

Diferencia entre multiculturalismo, pluriculturalidad e interculturalidad

Hago esta diferencia a partir de dos lecturas:  - Bernabé Villodre, M. M. (2012). Pluriculturalidad, multiculturalidad e interculturalidad, conocimientos necesarios para la labor docente. Revista Educativa Hekademos, (11), 67–76.  https://drive.google.com/file/d/1rOu5i7t_dbVCRGSJ7zGL409DZrkW9cKG/view?usp=sharing - Pérez Ruíz, M. L. (2002). De las relaciones interétnicas a la interculturalidad. En R. Béjar & H. Rosales (Coords.), La identidad nacional mexicana como problema político y cultural. Los desafíos de la pluralidad (pp. 53–93). UNAM-CRIM.  https://mayalorena.com/2020/03/25/de-las-relaciones-interetnicas-a-la-interculturalidad/ La lectura de Bernabé Villodre (2012) ofrece definiciones precisas. La pluriculturalidad, es la presencia de diversas tendencias ideológicas y grupos sociales (interrelacionados o no) que están coordinados en una unidad estatal. El multiculturalismo, es la presencia en un territorio de diferentes culturas que se limitan a coexistir pero no a convivir

Fallece Heyli, de menos de un año

Cuando llegó, recién nacida, era un mamotreto. Flaca, pálida y con tubos por todas partes, incluso sangraba por la boca. La cuidamos, la mimamos, a ella y a su madre, Carla, una sonriente joven de veinte y algo años de edad.  Heyli, estuvo en el hospital un par de meses. Luego, le dieron de alta. Su diagnóstico, o mejor dicho sus diagnósticos, fueron: anemia, seudo artrosis y displasia de caderas. La trataron, desde luego. Incluso la operaron, pero antes le pusieron un arnés ridículo; Heyli parecía un pericote amarrado con tiras de cuero. Luego de la operación, le enyesaron las caderas, para que no se mueva, ya que el arnés no había funcionado.  Carla y Heyli, estuvieron en Cusco nueve meses. Hicimos lo posible por brindarles un lugar dónde dormir (en la casa COMARU), dónde comer (en el CRIAR), dónde estar acompañadas por paisanas matsigenka, dónde acudir cuando se requería pañales, pañitos húmedos, víveres, pasajes, frutas y el antojito del pollo a la brasa. Gilber, el jefe de la comu

El día que me topé con una Chullanchaqui

Un pie o un pie soltero, sin pareja, eso quiere decir chullanchaqui. ¿Y el otro pie? ¿Cómo podría ser un solo pie? ¿Será pirata pata de palo? No. No es pirata ni anda con muleta, es un ser que tiene una pata de sajino y la otra de humano. El resto, todito, es igual a ti o a quien quiera. La gente Harakbut, conoce, como todas las gentes de la Amazonía, al Chullanchaqui, ese ser que, por joder o por jugar, se aparece al incauto, al desprevenido y al menso como si fuera una persona ligera y conocida, de confianza, cercana. Es un ser de reemplazo. Es como un auxiliar de colegio que funge de sabio profesor.  Como fuera, decía que la gente Harakbut lo conoce como Chullanchaqui, así como la gente punaruna lo dice, pero, en el fondo, digo yo, se trata de T’oto , ese ser maligno, temido y perverso que, a decir de los Harakbut, se aparece al incauto en media selva y le seduce, le arrastra, le lleva, le come, le devora, le pierde y le entierra. No hay más, mordiste el anzuelo.  Yo conocí al Chul

Kuraq Aqulleq

Recarga en la Catedral del Cusco A Juan Víctor Núñez del Prado Béjar  Frente a frente, estamos. Tú me miras desde arriba, ni tan arriba, ni tan abajo, lo justo para decirme con tu mocha que me quieres, lo justo para que me corrijas. Yo aquí, parado, abajo, en estas bancas donadas, levanto la mirada, levemente. Te miro y lloro Tayta de los Temblores. Tantos años, tantos tiempos y no termino de descifrarte; siempre hay detalles, siempre revelas pensamientos en mí. Pero hoy no, no quiero decir quién eres. Tu mirada me lo impide. ¡Perdóname! ¡Dame fuerza! Yo soy tú, somos uno, pero tú sigues allí arriba y yo, aquí abajo. Es nuestra dualidad.  Recorro esta Catedral, despacio, en silencio, cauto. No río ni lloro, solo estoy . El pasado no me sobrecoge. La altura no me atormenta. La oscuridad no me llama. Los claroscuros, me definen. Escucho el coro y mi respuesta es contundente: “en mi barca no hay oro ni espadas, tan solo redes y mi trabajo”. En cada pintura, que me recuerda a mis anteriore

En modo despacho

Reformas para la perpetuidad de la ofrenda a la Pachamama Se va agosto y en nuestra tierra del Cusco, los rituales de ofrenda a nuestra Gran Madre Tierra Universal, están en su última semana. Debo plantear algunas reformas para consignar el rito a nombre de la humanidad y de las divinidades que la acogen.  Ya no somos agricultores En la ciudad, ya no somos agricultores, aunque, por principio de relacionalidad, dependemos de los productos del campo. Sin embargo, nuestro sistema de vida y de supervivencia se basa, principalmente, en la producción de dinero. Es con este medio de transacción que conseguimos, entre otras cosas, el alimento. Mi punto, es que el despacho, generado, pensado y armado desde una perspectiva indígena, andina, agrícola y pecuaria, es parcialmente distante a la lógica citadina. Sin embargo, aún la distancia, la persona de la ciudad, por principio de herencia cultural e influencia, o por otras razones, siempre demanda un despachito.  No estamos en sintonía Aunque la

Sangama

  Comentario al libro de Arturo D. Hernández, escrito en 1942 y reeditado por la editorial Trazos en 2020 En la solapa del libro dice que Hernández, para muchos, es el escritor más importante de la Amazonía peruana. Bueno, luego de leer Sangama, no lo dudo.  La novela gira en torno al personaje principal, Sangama, un hombre misterioso, sabio y, sobre todo, conocedor de los secretos más recónditos del bosque y del río amazónico. Sangama, es un ayahuasquero consumado que tiene un propósito, una misión estipulada por sus ancestros. En la contraportada del libro, Estuardo Núñez, dice que la novela es una voz secular. No estoy de acuerdo. Esta novela es mística y profundamente religiosa. Sangama, esgrime la profundidad del pensamiento mágico religioso quechua andino e indígena amazónico. Sangama, es una versión superior del chamanismo autóctono. Sangama, es un navegante de la conciencia y un ejemplo en la vida ordinaria.  El contexto en que se desenvuelve la historia es la época de la explo

Surcada rauda desde Atalaya hasta Quillabamba. Paso por Nueva Luz, Camisea e Ivochote

De Cusco a Pucallpa El día jueves 13 de julio 2023, salí de la ciudad del Cusco en avión. Mi destino fue Pucallpa, pasando por Lima. En la "tierra colorada" estuve dos días con una noche, esperando que mi compañero Edwin arregle sus cosas pendientes en el juzgado. Tiene un pleito en Sepahua.  Pucallpa es la despensa de migrantes del Bajo Urubamba. Quiero decir que la gente pucallpina surca el Ucayali --el Alto Ucayali, como dicen-- en busca de nuevas oportunidades de trabajo. Así que surcar el río en bote o ir por los aires en avioneta, buscando la pujante ciudad de Atalaya, en la confluencia del Tambo con el Urubamba, es el afán de muchas personas.  Una calle de Pucallpa. Una sobadita y un masaje para iniciar el viaje Pucallpa es una ciudad grande, conformada por la "raza" pano y sus derivados. Desde luego, el mestizaje es fecundo. Hay gentes de Tarapoto y de toda la cuenca de abajo. También del VREU, en la frontera con Brasil. Se trata de la raíz pano y de todos s